Por Abraham Geifman
Twitter: @ageifman
Dicen que fue algo fortuito, no planeado, y que pasaron por alto revisar qué prenda vestiría Julia Orayén, la edecán que tantos comentarios y miradas generó en el primer debate presidencial organizado por el IFE, hace apenas dos meses. A propósito o no, la gran ganadora del debate fue Julia, quien pasó rápidamente a la fama, al grado de convertirse en la portada de la última edición de la revista Playboy.
Pero para fines de este análisis, pensemos que todo esto fue accidental y el salto a la fama fue resultado de un ojo visionario que captó el momento.
Si no existieran las redes sociales, el evento en mención hubiera pasado como algo breve y anecdótico, quizás repetido por alguna televisora días después. Pero no fue así, imágenes de Julia en el debate circularon por la red a gran velocidad y sólo así captó el interés de otros medios como la prensa y el radio, quienes no dudaron en hacer réplica del evento.
La magnitud del impacto social probablemente captó la atención de un atento ejecutivo de aquellas revistas que muestran poca ropa, quienes presurosos miraron la oportunidad de capitalizar aun más el acontecimiento y llevarlo hasta lo que hoy podemos apreciar en las calles.
Y quizás esto no termine aquí. Probablemente Julia sea invitada a anunciar otros productos “adyacentes”, será entrevistada por Platanito o alcanzará mayor fama con algún papel de telenovela o programa matutino. La realidad es que existe un “momentum” mediático alrededor de ella que varias marcas o medios podrían aprovechar, pero en un lapso corto de tiempo.
Y no es la primera vez que eventos como este ocurren. Dave Carroll, el ya famoso músico que creó una canción y subió un video a YouTube para denunciar que Delta Airlines rompe guitarras y no responde a sus clientes, fue inmediatamente contactado por un fabricante de estuches para guitarra, quien le ofreció su nombre en un nuevo y resistente estuche.
Otro incidente ocurrió con un community manager de la Cruz Roja en Estados Unidos, que de manera accidental twitteó a 270,000 personas que encontraron unas cervezas marca Midas Touch en el interior de una ambulancia. El fabricante de aquella cerveza detectó el tweet y aprovechó inmediatamente el incidente para ofrecer donativos a la Cruz Roja a cambio de pruebas de compra de su cerveza. La historia completa en este link.
Estaremos observando fenómenos de este tipo: Accidentes en los medios que pudieran o no ser espontáneos pero que tienen un efecto multiplicador impresionante.
La evidencia es muy clara. Vivimos un alto nivel de integración entre los medios electrónicos tradicionales y los nuevos medios digitales. Cualquier acontecimiento curioso, accidental o interesante que tenga un impacto probado en redes sociales tiene la probabilidad de convertirse en un fenómeno mediático como el de Julia Orayén, pero que por su fugacidad deben ser aprovechados casi de inmediato para no perder tan importante momento de fama.