- Una buena gestión de crisis puede ser el antes y después de la imagen política generada.
- En marketing político el principal activo a cuidar es la imagen de quien ostenta el poder o aspira a tenerlo
- La portada del medio inglés llega unos días de las campañas electorales en México.
Luego de que ayer el medio inglés The Economist dedicara una portada al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, las reacciones no han parado, sobre todo en redes sociales, donde se ha mantenido en los puestos altos de las conversaciones entre los usuarios, ahora se ha recrudecido más, si cabe, debido a la respuesta que ofreció el canciller Marcelo Ebrard, donde destaca los elementos que, supuestamente, el texto omitió decir en sus líneas, además de calificarlo de tendencia neoliberal.
Lo anterior detonó también diversas opiniones que hacen pensar en la la gestión de daños y u importancia, en este punto es pertinente recordar que esta herramienta es el manejo de una crisis mediante un proceso que busca corregir los impactos causados por una adversidad, evitando o minimizando el daño a la organización, preservando su reputación, en este caso, de la imagen política.
El control de daños, es necesario para disminuir el impacto negativo a la reputación de un funcionario de gobierno en caso de crisis y aunque el manejo ideal de daños comienza antes que estos ocurran y continúa previo a que se haga público el evento que representa el riesgo, cuando éste ocurre hay que tomar una serie de medidas para contrarrestar futuras complicaciones.
Gestión de crisis del gobierno de México
Desde quiene lo encontraron acertado, hasta los que criticaron y lo vieron como algo inútil para los fines de la comunicación política, así fue calificada una carta que el funcionario gubernamental envió dirigida a la Editora de la revista ingles.
La carta de Marcelo Ebrard a The Economist, no solo es la mejor respuesta a una revista criminal que sirve a mentes perversas como los Rothschild,sino que quedará como un documento histórico que refleja a un México que dejó de ser sumiso ante intereses extranjeros. pic.twitter.com/6E4N8Xc9zB
— Paty Perhaps (@patyper) May 28, 2021
Otros incluso aprovecharon para hacer mofa del comentario emitido por el mandatario acerca de la efectividad de la Vitacilina entre los detractores de la compra de la refinería de Shell:
A explicacion no pedida y con el derecho de réplica, Ebrard responde a The Economist, patética respuesta por cierto.
Ahora se entiende la urgencia de la compra de vitacilina, ah qué buena medicina…
¡Sale pipa directo a palacio! pic.twitter.com/Mb4TG1EOv6
— Ana María García (@AnaMaGa_Ga) May 28, 2021
Y para algunos más, fue una estrategia mal encaminada que sólo evidenció lo que la administración del actual mandatario prioriza como una crisis.
Ojalá así de rápido como salió @m_ebrard a defender a @lopezobrador_ con los de @TheEconomist hubiera reaccionado para las vacunas de los medicos, por los asesinados en la L12 del metro CDMX y los medicamentos de los ni?os con cancer.
— Mauricio Martínez (@martinezmau) May 28, 2021
Asimismo, el funcionario federal señaló que la publicación es insensible y carece de entendimiento a López Obrador y su proyecto de nación, el cual prioriza a los sectores de la población más marginados.
“Vivimos tiempos turbulentos y, sin duda, hay todavía mucho que hacer aún para derrotar a la pandemia, lograr el despegue definitivo de la economía y cumplir con la promesa de cerrar la grosera brecha social, pero la valoración de los mexicanos es que vamos por buen camino y que lo estamos logrando. Quizás es tiempo para que, parafraseando un artículo de su revista de hace algunos años, las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo“, respondió el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, a través de una carta pública a The Economist.
El secretario de Relaciones Exteriores resaltó que “quizás” lo más llamativo de los textos, por lo absurdo que resulta, es la sugerencia de que el presidente de algún modo ha minado la democracia mexicana, cuando lo que ha hecho es precisamente lo opuesto. “Muchos de sus lectores recordarán que México era hasta hace no tanto un país autoritario, sin libertad de prensa ni comicios libres, que transitó a la democracia gracias al empuje de muchos mexicanos, entre los que destaca López Obrador”.
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