- Una tendencia generalizada es la de pensar que la publicidad entre más personalizada, es mejor.
- Nuevos análisis determinarían que quizá no es como lo pensamos.
- Los consumidores se ven cada vez menos interesado e este tipo de anuncios
Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, un nuevo consumidor se originó y la otrora exitosa publicidad personalizada va poco a poco dando paso a un nuevo paradigma en el que la forma de comunicar los mensajes será distinta, hoy esta metodología para comunicarse es distinta y la marcas deberán poner especial atención si es que quieren mantenerse vigentes.
Es cierto que la publicidad personalizada, esconde todavía muchas ventajas para las compañías, los etudios más rcientes muestran que el 57 por ciento de los usuarios no desea contemplar anuncios personalizados en las redes sociales porque estos echan raíces en detalles que son a veces de naturaleza muy íntima.
Hoy en día cada vez tiene más protagonismo la publicidad segmentada y personalizada, cada cliente quiere sentirse único y que le tratemos de manera personalizada.
Utilizando la técnica de la impresión variable se pueden individualizar datos de la parrilla de dirección, textos relacionados con la edad del cliente, el sexo, lugar de residencia, hábitos de consumo, histórico de compras, consultas realizadas, etc. Todo sumado a unos textos e imágenes fijas, como por ejemplo el logotipo, da como resultado potentes y sugerentes piezas de mailing. Los anunciantes tienen cómo llegar a los clientes de forma personalizada.
Problemas para la publicidad personalizada
Aunque empresas como Facebook y Google dedican muchos de sus esfuerzos a la publicidad personalizada (que es, no en vano, la columna vertebral de su negocio), lo cierto es que el usuario no se muestra ni mucho menos tan entusiasmado con este tipo de publicidad.
Y eso que la personalización logra que por las retinas del consumidor desfilen anuncios de productos que están en sintonía con su propia panoplia de gustos y necesidades. Sin embargo, escándalos como el protagonizado por Cambridge Analytica ha hecho que el consumidor contemple la personalización inherente a la publicidad digital con elevadas dosis de escepticismo (pues la transparencia en lo que a la compilación de datos se refiere es a menudo completamente nula).
Además, el 42 por ciento de los usuarios cita el exceso de publicidad como motivo para reducir el tiempo volcado en los social media.
A la luz de estos datos, parece que tanto los anunciantes como las redes sociales harían bien en ser más transparentes a la hora de compilar datos personales del consumidor. Ahora ya no parece tan descabellada la App Tracking Transparency (ATT) de Apple ¿verdad?
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