• A lo largo de todo su sexenio, AMLO ha atacado a agentes críticos de su gobierno, incluyendo ONGs, prensa e instituciones autónomas

• Lo anterior también ha aparentemente incrementado el número de agresiones y ataques contra individuos trabajando en estos grupos

• Muchos expertos nacionales e internacionales han mirado con preocupación este enfoque por sus potenciales consecuencias a futuro

El viernes, de acuerdo con Reuters, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) envió una carta diplomática a los Estados Unidos (EEUU). En ella, pidió al gobierno de Biden suspender el financiamiento a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), uno de los grupos que más le han irritado por sus críticas. De acuerdo al titular del Ejecutivo Federal, la organización no-gubernamental (ONG) busca desprestigiar su administración.

Según la agencia, AMLO describió el financiamiento como “interferencia, es intervencionismo, es promover a conspiradores”. Reafirmó que un gobierno extranjero no puede financiar a un grupo político. En Twitter, MCCI respondió diciendo que su trabajo es completamente legal, y pidió al presidente que cese “el ataque que se ha vuelto una constante en el discurso oficial”. Ya desde el jueves que el presidente había amenazado enviar esta carta a la Casa Blanca.

Asedio de AMLO a ONGs (y la prensa)

No es la primera vez que el Ejecutivo federal pretende desprestigiar a este tipo organizaciones con acusaciones similares. En marzo, de acuerdo con Animal Político, AMLO señaló a Artículo 19 por recibir financiamiento de marcas extranjeras. En su momento, acusó a la ONG de ser parte de un “movimiento conservador que está en contra nuestra”. La organización ha criticado frecuentemente la administración del tabasqueño por minar contra la libertad de expresión.

Y es que el objetivo más común de sus ataques ha sido la prensa nacional. Hace solo unos días, de acuerdo con Milenio, AMLO aseguró que México tiene “la prensa más lamentable, injusta y lejana del pueblo”. También reafirmó sus acusaciones que los medios están coludidos con el “poder conservador” en un esfuerzo por desprestigiar su administración. Incluso reiteró la comparación que ni Francisco I. Madero sufría un asedio tan constante de estos agentes.

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Minando el periodismo

La actitud de AMLO no es nueva. De hecho parece imitar el estilo del predecesor de Joe Biden en la Casa Blanca, Donald Trump. El ex-republicano era infame por sus constantes ataques en contra de los medios de información. Su descalificación insistente no solo redujo la confianza del público en estos agentes. Para 2018, era claro que también había provocado un deterioro en la libertad de expresión a raíz del creciente número de agresiones hacia los periodistas.

Tampoco se trata de ninguna novedad en América Latina. Reporteros Sin Fronteras publicó en 2015 (antes de la elección de AMLO) un artículo sobre líderes de la región que directamente atacaban y desprestigiaban periodistas. Entonces, señaló que este tipo de insultos, “viniendo del más alto nivel del estado, solo pueden minar más la libertad de información. Y es posible que sean interpretados como un cheque en blanco para cometer abusos contra periodistas”.

¿Por qué importan las acciones de AMLO?

Este fenómeno que describe Reporteros sin Fronteras se puede ver claramente no solo contra periodistas, sino también contra las ONGs que AMLO está minando. Basta ver algunos de los comentarios contra MCCI ante la carta diplomática del presidente a EEUU. Tal vez lo peor es que, como dice Infobae, no son solo medios de información y ONGs. El presidente ha tratado sistemáticamente de desprestigiar y hasta desmantelar instituciones de gobierno autónomas.

Todos los agentes contra los que está actuando AMLO son contrapesos al poder político. No solo el de su actual administración, sino de todos los gobiernos, presentes, pasados y futuros. El asedio del presidente está desmantelando la capacidad de estos agentes para servir como un contrapeso. El gobierno del tabasqueño no será eterno. Y si algo se ha aprendido en la historia de México, es que ningún partido político puede mantenerse en el poder por siempre.

AMLO no solo está destruyendo los contrapesos a su proyecto, algo preocupante en sí mismo. También está eliminando las voces críticas y barreras que limitarían el poder de sus rivales, así como de (otros) agentes sin escrúpulos que pudieran llegar a ocupar Palacio Nacional. Con su asedio, está construyendo, de nuevo, un sistema donde un solo grupo tiene el control del país. Y es incierto qué sucederá cuando alguien más tome las riendas y aproveche esa oportunidad.