Existen episodios en mi vida que me duelen y que en cierta medida me siento corresponsable de ellos; soy responsable de mis errores y omisiones en mayor o menor medida, y continuamente regreso a ellos, intentando infructuosamente cambiarlos y desperdiciando talento y energía en modificar el pasado, cosa que resulta imposible. Del pasado podemos aprender, pero no lo podemos modificar. De la misma forma, en repetidas ocasiones me genera preocupación lo que podría pasar mañana y así, los días, meses y años subsecuentes; decía Descartes que su vida había estado repleta de tragedias, muchas de ellas que no habían sucedido, es decir, que lo que mayormente le había preocupado, nunca se convirtió en realidad.
Los especialistas nos invitan a vivir en presente. Debemos intentar dejar atrás el pasado, además de ir construyendo el futuro que hemos soñado día con día, sin agobiarnos por aquello negativo que no ha sucedido. Vivir en el presente nos permite ir esculpiendo nuestra vida con aquello que pensamos, estando aquí y ahora, lo que en gran medida nos blinda de sentimientos de tristeza o angustia, producidos por pasado o futuro.
Para ello, correr resulta una extraordinaria herramienta. Atarte los tenis y animarte a sincronizar algunas zancadas, al igual que otras actividades físicas, cambiará radicalmente tu estado de ánimo. Correr detona la producción de endorfinas, entendidas como hormonas que nos otorgan sensaciones de bienestar y felicidad. Correr disminuye nuestros niveles de estrés.
Si te encuentras enfrentando alguna crisis; si lo que líneas arriba he descrito te hace algún sentido, te sugiero obligarte a dedicar algunos minutos diariamente a realizar cierto tipo de actividad física que te llame la atención. Te garantizo que cualquier esfuerzo físico bien planeado se reflejará en la forma en que experimentas tu día a día.
Correr te hace sentir bien, lo que provoca, que a pesar del cansancio y hartazgo que recorrer ciertos kilómetros de manera asidua trae consigo, busques de forma automática continuar corriendo, enganchándote así con una actividad física y mental, en la búsqueda de construir una mejor calidad de vida día con día.
Correr será una valiosísima herramienta para salir adelante, para sortear los retos que el destino te presenta, para con ello, ser más feliz.