En tan sólo dos años de enfocarse en su perfil digital ha generado un crecimiento y un alcance impresionante. Envidiable. Y desde hace tiempo que quería escribir de este fenómeno, porque no se trata de una estrategia de una gran agencia. Es algo totalmente producto de una improvisación cotidiana. Y también es un fenómeno de enfoque, autenticidad y con un mucho de ADN y marca personal. Eso sí, hay quienes odian o aman al arquetipo que ha creado el personaje digital el empresario mexicano, pero en mi opinión, me perece que ha funcionado bastante. Porque de alguna forma se ha convertido en el PR (publirrelacionista) digital de su grupo empresarial, que al final es su interés, materialista, pero al fin y al cabo, su interés pragmático.
¿Por qué me interesa este tema? La razón es muy simple. Es la prueba de que el éxito de las redes sociales se debe no precisamente a la inversión publicitaria, más bien al contenido orgánico generado que atrae a las audiencias y las cautiva. Para bien o para mal. Cuando un tuitero como Salinas Pliego genera pasiones o odios como los genera con algunos posteos, me doy cuenta que el contenido que se genera de la mente directa, sin filtro, del perfil y del usuario real es leído y decodificado efectivamente con las audiencias. Que las audiencias no son necesariamente tontas y lo identifican bien y reaccionan inmediatamente ate estos estímulos que son un equilibrio y resultado de un ecosistema offline-online. Una especie de resorte que impulsa reacciones digitales que pueden ser controlables o no. Esto es lo que me interesa de este tipo de fenómenos cuando suceden. Y son básicamente, sucesos antropológicos que ocurren cuando un empresario o un político, decide enfocarse y tomar directamente el control de su cuenta digital. Esto se refleja directamente en el contenido que proyecta en su vida digital.
Ya si te cae bien lo que genera el arquetipo o el personaje en Twitter, eso es lo secundario. Pero una cuenta como la que hablo, que en menos de dos años, ha crecido en un 1000% en seguidores y más de un 1500% en impresiones, interacciones y empoderamiento digital. Es para respetarse. La cosa es tomar entre tus manos el ecosistema digital de tu empresa o marca. La estrategia principal. Correrla y ya que la sientas, la dejas en control de los especialistas. Este es el secreto. Si no, es como querer dar órdenes sin nunca haberlas recibido y acatado.
Lo que queda es ver qué sigue con este tipo de influenciadores empresariales posmodernos que están surgiendo. Que están generando sus propios movimientos digitales para sus intereses ya sean económicos, espirituales, políticos o culturales ¿Se tratará de una especie de nuevos filósofos del siglo 21 que generarán una especie de nuevo pensamiento de transformación hiper moderna? Ya lo sabremos quizá en unos cincuenta años. Y ahí lo veré. Hasta pronto.