Uno de los grandes temas del cierre del año pasado fue la declaración de huelga en Interjet, situación que ha puesto a los empleados de esta firma en una condición aún más de desventaja.

Desde hace varios meses, los colaboradores de la reconocida aerolínea se han visto en graves problemas financieros luego de no recibir sueldo por más de cuatro meses y ver su prestaciones reducidas.

Los antecedentes

A mediados de diciembre pasado, desde Milenio dieron a conocer que ex-empleados de Interjet presentaron cerca de 50 demandas en contra de la empresa para exigir el pago colectivo de 11 millones pesos, luego de que fueran despedidos desde hace meses sin recibir ningún pago por liquidación. Oscar Portocarrero, director del despacho de abogados Portocarrero Mena y Asociados, destacó para la fuente citada que existen personas que fueron despedidas de sus puestos desde finales de marzo y, hasta ahora, no han recibido loa compensación que por ley les corresponde.

El vocero aseguró que estas 50 demandas ya fueron presentadas a las autoridades correspondientes en espera de que en semanas próximas sean citadas las autoridades de Interjet para encontrar una solución al caso.

En cuanto a los montos exigidos, se estima que cada uno de los ex-empleados demandantes exige entre 100 mil y 400 mil pesos, cifras que se suman a los 10 millones de pesos de las demandas interpuestas por cientos de usuarios que reclaman “fraude” por la venta, aenclación o suspensión de vuelos.

En búsqueda de sustento

A principios de este año, Interjet se declaró oficialmente en huelga, con lo que los empleados se encuentran a espera de que el conflicto laboral se solucione; no obstante, se mantienen sin recibir ingresos por parte de la que fuera su empresa empleadora.

Con esto en mente, los ahora ex empleados de Interjet han tenido que buscar formas alternas para llevar el sustento a sus familias y en días recientes destacó el caso de dos ex empleados de Interjet quienes pusieron en marcha un negocio de venta de tortas conocido como La Sanfe, en Mérida.

La historia fue dad a conocer por la revista Proceso, en un artículo en donde indican que “Carlos Cuevas López y Fernando Carrillo decidieron unir sus esfuerzos y crear una microempresa, y gracias al apoyo de compañeros, amigos y vecinos del fraccionamiento Las Américas, están saliendo adelante”.

Este negocio es un proyecto que tomó forma en septiembre pasado y que con el paso del tiempo ha logrado crecer “no sólo en esa parte de la ciudad sino en otros rumbos, por la promoción que realizan sus compañeros de la línea aérea, como otras personas que trabajan en el Aeropuerto Internacional de Mérida que han constatado la calidad de sus productos, especialmente aquellas de buen comer o buen apetito”.

La idea ha sido retomada por otros ex trabajadores de Interjet quienes han buscado la manera de seguir generando ingresos en espera de que se resuelva la situación de huelga.

“La respuesta ha sido bastante buena, al grado que otros dos empleados de Interjet les pidieron permiso para vender sus productos del mismo ramo (Las Capigordas) pero con diferente presentación, porque al fin y al cabo son hermanos del mismo dolor y lo mejor es que en ambos han logrado convencer a sus clientes que realmente vale la pena darle gusto al paladar”, se lee desde la mencionada fuente.

Nueva cadena de valor

Lo que este ejemplo de Interjet pone sobre la mesa es un cambio importante en la cadena de valor en el país, en donde se reforzará el poder de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) como la base de la economía.

Recordemos que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las micro, pequeñas y medianas empresas generan 72 por ciento del empleo y 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En México hay más de 4.1 millones de microempresas que aportan 41.8 por ciento del empleo total.

Con cierres obligados, marcas declaras en bancarrota y problemas laborales como los que ahora enfrenta Interjet, es posible que proyectos de negocio que caben en la clasificación de PyMes se mantengan a la alza durante los siguientes meses.

No obstante, no se puede perder de vista que hablamos de uno de los sectores más golpeados durante la pandemia.

En principio es importante reconocer que, según la tercera edición del “Barómetro GS1, Fabricantes PyME de la Industria de Consumo”, durante los meses de contingencia provocados por el Covid-19, en el país, 8 de cada 10 empresas de consumo vieron afectadas sus ventas; no obstante, las más afectadas fueron las pequeñas y medianas empresas.

De esta manera, de manera, se estima que el 75 por ciento de las compañías registraron ventas a la baja, mientras que apenas un 20 por ciento logró incrementar este indicador durante la emergencia sanitaria.

Las empresas de mayor tamaño fueron las que se vieron mayormente beneficiadas luego de que 46 por ciento de las firmas en este rubro registrarán incrementos en sus ventas, comparado con el 15 por ciento de las medianas empresas y el 17 por ciento de las pequeñas unidades.

Del lado contrario de la moneda, se estima que el 78 por ciento de las pequeñas empresas aseguraron que sus vetas se desplomaron en gran medida, mientras que este caso se repitió entre las medianas empresas (79 por ciento) y en el 51 por ciento de las grandes corporaciones.

A mediano plazo, el desafío para la economía en el país es evidente. REforzar a estas unidades económicas será crucial para reactivar el consumo y garantizar las fuentes de empleo. Esto no es nuevo y en la era pre pandemia se trataba de una prioridad que ya se tenía en mente. No obstante ahora resulta crucial atender esta exigencia con miras a no padecer más de lo ya sufrido.