Las fallas alrededor del sitio de registro para la vacuna en México no paran. Durante los primeros días de esta semana, fue lanzada la web Mi Vacuna, desde donde se invitaba a la población a registrar a personas mayores de 60 años para recibir la vacuna en contra del Covid-19.

El sitio fue anunciado con bombo y platillo, al tiempo que los usuarios calificación la acción como adecuada y necesaria en medio de la situación sanitaria que se mantiene en gran parte del país.

Los problemas

Esta percepción cambió en cuestión de horas. Desde que el proyecto se puso en marcha, miles de usuarios se quejaron desde redes sociales sobre la caída del sitio que ha durado varios días. 

Adicional, quienes de alguna manera lograron ingresar, cuestionario la poca funcionalidad mismo al presentar errores al momento de cargar la información solicitada.

Esto se ha traducido en una serie de críticas no solo al propio sitio de registro para la vacuna. Diversos usuarios han puesto en tela de juicio la manera en la que las autoridades están llevando este proceso acusado de un plan mal estructurado que pocas garantías ofrece en términos de acceso y promesas cumplidas de cobertura.

La realidad es que el gobierno de México no es el único que ahora mismo atraviesa por este tipo de eventualidades y crisis.

En Estados Unidos, el sistema de registro a la vacuna también ha sido cuestionado y ha representado una “pesadilla para muchos estadounidenses”.

Cerca de 900 millones de pesos

Cuando menos así lo indica un artículo publicado por The Conversation, una red de medios de comunicación sin fines de lucro, la cual apunta que el gobierno de Estados Unidos habría pagado 44 millones de dólares (900 millones a tipo de cambio de 20.45) `pr la creación de un sistema para registrarse y programar la distribución de vacunas.

“El Gobierno Federal había previsto que los estados utilizaran un sistema nacional de programación de vacunas y ofreció a un contratista 44 millones de dólares para desarrollarlo. Pero ese sistema resultó estar tan mal diseñado que todos los estados, excepto nueve, optaron por no hacerlo antes incluso de intentar adoptarlo, a pesar de que el gobierno lo ofrecía de forma gratuita”, se lee en el mencionado artículo.

De esta manera, se acusa que este llamado Sistema de Gestión de Administración de Vacunas, o VAMS, “han informado cancelaciones de citas al azar y registros poco confiables. Algunos vacunadores han tenido que recurrir a la creación de registros en papel debido a fallas del sistema, lo que ralentiza el ritmo de las inyecciones en los brazos de las personas”.

Lo que los gobiernos no entienden 

Si bien el articulo indica que los complejos procesos de contratación están detrás de estas fallas que han generado toda clase de confusiones entre los usuarios de la Unión Americana, lo cierto es que tanto en el caso de México como en el de Estados Unidos es evidente una constante: Los gobiernos aún relegan de los cuidados que gestionar acciones en digital supone.

Hace unos años este reclamo estaba en el terreno comercial. Las marcas entendían los esfuerzos online como un simple canal de apoyo para sus actividades más convencionales.

Lo cierto es que con el tiempo, descubrieron que esta visión era poco rentable y eficaz ante audiencias con un ADN cada vez más digital.

Las acciones online, entonces, se convirtieron en un elemento de igual o incluso mayor importancia que el resto de los esfuerzos de posicionamiento, publicidad y marketing.

En el caso de la política, gestión pública y demás representaciones de gobierno, este proceso parece estar en una etapa temprana de maduración, aun cuando cientos de casos han demostrado que la política, la democracia y las relaciones con la sociedad se construyen, en buena medida, desde digital.

Basta con reconocer, por ejemplo, que de acuerdo con la Asociación de Internet.mx, para 6 de cada 10 mexicanos las nuevas tecnologías y herramientas derivadas de internet los acerca a los procesos democráticos en México.

Corregir este entendimiento será vital para no ver aún más dañada la confianza que de manera general se ha perdido en los represéntales de gobierno.

De acuerdo con una encuesta rápida del Edelman Trust Barometer 2021, el 60 por ciento de los encuestados aseguran que los líderes políticos no les están hablando con la verdad.