No es un secreto que los videojuegos en casi todos sus formatos han registrado un crecimiento exponencial durante los últimos meses, situación que podría ser un motor importante para propuestas como Stadia firmado por Google.
Lanzada en algunos países a finales del año pasado, Stadia de Google se suma a una basta propuesta de plataformas en la nube que buscan conquistar a los gamers alrededor del mundo y que intentan robar mercado a las consolas físicas que ahora mismo es dominado por X Box 360, con 30.4 por ciento, seguida de X Box One, con 25.7 por ciento y PS 4, en la misma posición que PS3, con 10.5 por ciento del mercado.
Lo que está en juego
Lo cierto es que para lograr este ambicioso cometido la propuesta del gigante de las búsquedas online tiene algo más por hacer que sólo ofrecer funciones de disponibilidad multidispositivo.
De esta manera, una de las grandes apuestas para Google habría sido la creación y contratación de títulos originales y exclusivos, los cuales prometían dar un plus a este servicio que intentaba ganar un mercado particularmente lucrativo.
De esta manera, la industria de los videojuegos se vio llena de nuevos jugadores, mientras que los ya habituales incrementaron su interés y gasto en este tipo de plataformas.
Con este contexto de antesala, cobran mayor relevancia los datos publicados por SuperData Research publica cada año su reporte anual sobre los ingresos generados por la industria de los videojuegos.
Así se estima que durante 2020, la industria de los videojuegos digitales y otros medios interactivos como realidad virtual y aumentada generaron un total de 1339 mil 900 millones de dólares, lo que se tradujo en un incremento de 12 por ciento en comparación con lo alcanzado el año anterior.
De este gran total, es importante reconocer que un total de 126 mil 600 millones corresponden a contenido digital que se descarga desde las distintas tiendas virtuales dispones para gaming.
Cuando la cifra se lee por dispositivos tenemos que 73 mil 800 millones de dólares corresponde a transacciones realizadas desde smartphones y demás dispositivos móviles, mientras que 33 mil 100 millones a los videojuegos digitales adquiridos en PC y 19 mil 700 millones a las compras desde consolas.
Un cierre inesperado
Aunque con estas cifras se podría pensar que opciones como Stadia, la realidad es que para Google impulsar este producto con contenidos propios o exclusivos parece ser demasiado costoso, razón por la cual ha decidido cerrar la división Stadia Games & Entertainment, dirigida por Jade Raymond.
”Hemos decidido que no invertiremos más en traer contenido exclusivo de nuestro equipo de desarrollo interno SG&E, más allá de cualquier juego planeado a corto plazo”, explica Phil Harrison, vicepresidente de Google Stadia, en una publicación del blog, al tiempo que indicó “con el mayor enfoque en el uso de nuestra plataforma tecnológica para socios de la industria, Jade Raymond ha decidido dejar Google para buscar otras oportunidades”.
Aunque no se explica si derivado de este cambio estratégico se realizaran despidos, lo cierto es que Google ha confirmado que “la mayor parte” del equipo pasaría a trabajar en otros roles”, lo que supone un futuro incierto para cerca de 150 empleados, según indican desde Kotaku.
Las razones
La decisión responde a un mercado en el que compiten jugadores con gran trayectoria, mismos que, como Nintendo, han logrado crear verdaderos imperios alrededor de reconocidas franquicias.
Competir con estos gigantes parece ser especialmente costoso para Google, situación por la cual los recursos que implica desarrollar un juego.
De esta manera, Harrison indicó que “crear los mejores juegos de cada género desde cero lleva muchos años y una inversión significativa, y el costo está aumentando exponencialmente”.
Si bien no se ha dicho nada sobre un posible cierre total de Stadia, ya que Google seguirá apoyando la plataforma con juegos de otras compañías y también lanzará los propios que ya tienen en desarrollo, lo cierto es que este movimiento podría marcar el inicio del fin para un servicio que prometió mucho pero que ha avanzado a paso demasiado lento. Solo el tiempo definirá lo que está por venir.