Para nadie es un secreto que el negocio de las redes 5G promete ser especialmente lucrativo y por infraestructura y avance, Huawei lleva la delantera en muchos sentidos.
No obstante, la tecnología no es lo único que juega en la implementación de este tipo de tecnologías. La seguridad y la reputación alrededor de este tema es lo que ahora podría poner a Huawei en una posición de desventaja.
Lo que está en juego
En principio es importante mencionar que hablamos de un negocio millonario que además servirá de manear importante a los fines de diversos gobiernos.
Según Research And Markets, para 2027 este mercado tendría un valor de 47 mil 775 millones de dólares (mdd). Esto, cuando 2019 cerraría apenas con 784 millones de dólares a escala global. Ericsson cree que será crucial para las marcas B2B construir una infraestructura basada en esta tecnología desde ya. Por su parte, McKinsey señala que cimentará sectores como mobile y el Internet de las Cosas.
También cabe destacar que podría tener importantes aplicaciones en seguridad nacional y actividades militares. El 5G no solo serviría para que las marcas puedan transmitir contenidos con mayor rapidez a los consumidores o para que la audiencia navegue rápidamente internet. Serviría además para acelerar significativamente las comunicaciones entre los gobiernos y órganos internacionales y sus diferentes operaciones en varias partes de todo el planeta.
Con esto en mente, cobran relevancia las acusaciones que Huawei ha recibido en diversos mercados sobre la seguridad de sus servicios.
El problema de la reputación
En diversas ocasiones, el gobierno de Donald Trump aseguró que el fabricante chino y sus soluciones representaban un problema para la seguridad nacional indicando que Huawei utilizaba sus desarrollos tecnológicos para llevar a acabo prácticas de espionaje.
De la misma manera, Bélgica, país sede de la Unión Europea y la OTAN, fijó postura sobre el presunto riesgo que supone Huawei y sus redes 5G, situación se ha materializado en restricciones para el gigante asiático en el que es considerado el mercado más grande del aún dueño de la marca Mate fuera de China.
Con esto en mente, cobra relevancia una nueva acusación alrededor de Huawei y su reputación, en donde un reporte indica que la marca habría puesto en macha una campaña falsa para acreditar sus servicios y restar peso a las políticas impuestas por el gobierno belga.
El reporte está firmado por Graphika, una compañía de investigación que estudia la desinformación y las cuentas falsas de redes sociales, mismo que toma como ejemplo lo sucedido con un abogado ubicado en Bruselas.
La historia es la de Edwin Vermulst, quien aceptó hace unos meses escribir un artículo para Huawei (marca con la que ya habría colaboradora anteriormente) enfocado a criticar la política de Bélgica para excluir a la compañía de contratos lucrativos relacionados con las redes 5G.
El artículo fue publicado el pasado 17 de diciembre en el sitio web de Huawei en neerlandés,
y aunque hasta ese momento todo parecía normal, lo cierto es que su participación editorial fue parte de una presunta campaña pro Huawei falsa y lejos de las buenas prácticas.
Una campaña falsa
Según Graphika, cerca de 14 cuentas de Twitter que se hacían pasar como propiedad de escritores, académicos y expertos en telecomunicaciones, replicaron los artículos firmados por Vermulst y otros colaboradores que criticaban las políticas del gobierno belga.
Dichas cuentas utilizaron imágenes de perfil generada por computadora, al tiempo que algunos funcionarios de Huawei se dedicaron a dar mayor alcance a las publicaciones de estas cuentas ficticias. Tal fue el caso de Kevin Liu, presidente de comunicaciones y asuntos públicos de Huawei en Europa Occidental, que tiene una cuenta de Twitter verificada con 1,1 millones de seguidores, compartió 60 publicaciones de las cuentas falsas durante tres semanas en diciembre, según Graphika. La cuenta oficial de Huawei en Europa, con más de 5 millones de seguidores, lo hizo 47 veces.
De esta manera, Ben Nimmo, un investigador de Graphika aseguró que esta práctica “se trata de negocios más que de política”, al tiempo que “no se trata de un país atacando a otro. Parece una operación para promover los intereses de una gran multinacional contra un Estado europeo”.
Ante lo sucedido, Huawei plantó postura en un comunicado en el que indicó que se comenzaría una investigación interna “para tratar de averiguar qué sucedió con exactitud y determinar si ha habido algún comportamiento inapropiado”.
“Huawei tiene políticas claras sobre redes sociales, basadas en las mejores prácticas internacionales, y tomamos muy en serio cualquier indicio de que no se hayan aplicado”, afirmó la compañía, al tiempo que detalló “nos han informado sobre algunas actividades en línea y redes sociales que sugieren la posibilidad de que no hayamos cumplido con estas políticas y con nuestros valores integrales de apertura, honestidad y transparencia”.
Por su parte, Twitter afirmó que ls cuentas falsas fueron eliminadas al tiempo que recalcó “la manipulación de plataformas está estrictamente prohibida según las reglas de Twitter. Siempre y cuando tengamos pruebas claras, tomaremos medidas sobre las cuentas asociadas con esta práctica, las cuales pudieran incluir la suspensión permanente”.
Lo anterior es un ejemplo más de cómo las redes sociales se han convertido en un espacio en el que la política y los negocios se construyen de manera activa.