• Tanto Google como muchas otras compañías cobran comisiones de un 30 por ciento en todas las transacciones de sus marketplaces

• Sin embargo, para muchos desarrolladores independientes les parece que se trata de un límite a la competencia en el mercado

• Esto, porque representa una cuota que los dueños del espacio, que son también creadores de apps, no tienen que sufrir

Ya son cuatro demandas las que Google enfrenta de parte de las autoridades de Estados Unidos (EEUU). La primera, en octubre, la acusaba de abusar de su poder en el mercado del search. La segunda y la tercera, ambas lanzadas en diciembre, decían que la tecnológica era culpable de inflar los precios de los anuncios y posicionar injustamente sus bienes y servicios. Ahora un cuarto proceso legal, de acuerdo con Reuters, tiene en la mira su popular Play Store.

En esta ocasión, sin embargo, aún no se presentan los papeles para este proceso. Se espera que los fiscales generales de EEUU lancen oficialmente el proceso en febrero o marzo. Esta vez, los funcionarios quieren juzgar a Google por la forma en la cual decide qué apps pueden estar o no dentro de su ecosistema Android. Asimismo, se fijará en cómo la marca exige a los desarrolladores usar su plataforma de pagos, dándole un gran porcentaje de cada operación.

La demanda sería resultado de dos eventos concretos. Primero, críticas de varias marcas y desarrolladores de apps (entre ellos la gigante Epic Games) por obligarles a usar su sistema de pagos y darles una gran comisión por cada operación. Segundo, un proceso legal similar al que se le está sometiendo a Apple y su App Store también en EEUU y la Unión Europea (UE). Google dijo anteriormente que este año incrementaría la severidad de incumplir estas reglas.

Cero y van cuatro para la subsidiaria de Alphabet

Al respecto de esta posible acción legal, Google proporcionó un statement a Reuters. En él, el vicepresidente de Android y Google Play, Sameer Samat, ha dicho que el sistema operativo de la marca le da opciones a desarrolladores y consumidores. No solo se permite que se instalen aplicaciones desde varias tiendas móviles. Muchos dispositivos vienen con varias app stores pre-instaladas, lo cual permite a las marcas distribuir su software desde fuera de la Play Store.

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Incluso con el razonamiento de Google sobre el ecosistema de Android, era un movimiento inevitable de las autoridades de EEUU. De acuerdo con Statista, no solo el ecosistema móvil de la subsidiaria de Alphabet es la que más apps tiene en todo el mundo, superando por un buen trecho a Apple. Según Statcounter, también se trata del sistema operativo más usado a una escala internacional por un amplio margen. Ni siquiera iOS logra realmente acercarse.

La pregunta es si el proceso contra Google se traducirá en un problema para la marca. No hay que olvidar que, según BBC, desarrolladores molestos incluso han formado alianzas en contra de Apple por las mismas acusaciones que EEUU hará contra el ecosistema Android. Al mismo tiempo, es cierto que el sistema operativo es menos restrictivo y ha causado menos molestias entre aliados comerciales. En este sentido, es probable que haya consecuencias más sutiles.

Un entorno complejo para Google

A lo largo de los últimos meses, se han dado algunas señas de que las acusaciones de las autoridades de EEUU podrían tener cierto fundamento legal. Por ejemplo, Parler hace poco fue expulsada de la plataforma de Google por su rol en el asalto al Capitolio. Sin embargo, esta app ha acusado que se le está dando un trato distinto a otras plataformas en el ecosistema Android. Esto porque apunta que posts en Facebook y Twitter fueron igual o más dañinos.

También hay que recordar que hace casi un año Google eliminó a más 600 apps de su Play Store. Esta acción se dio como parte de sus esfuerzos para mejorar la experiencia de los usuarios. En específico, estas plataformas estaban usando varios tipos de anuncios que ya estaban ocasionando problemas para la experiencia de los consumidores. Algo que, aunque es positivo para le público, podría considerarse un síntoma de un problema aún más grande.