Si un aspecto ha sido relevante alrededor de la imagen de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, ha sido su particular estrategia de comunicación.
Desde su campaña, el mandatario ha logrado insertar en el imaginario colectivo una serie de frases que, sin el afán de calificarlas como acertadas o no, han logrado generar cierto sentimiento de identificación y empatía alrededor de su imagen.
AMLO responde con un meme
El ejemplo más reciente así respecto se dio durante la conferencia matutina de este miércoles, en donde AMLO hizo referencia a un popular meme de redes sociales para dar respuesta a los cuestionamientos del contrapunto que ahora mismo tiene con el Instituto Nacional Electoral (INE).
En días pasados, el INE advirtió que las conferencia matutinas de AMLO no pueden transmitirse de manera integra ante el próximo proceso electoral, debido a que podría considerarse como un canal no regulado de promoción.
Ante estos señalamientos, López Obrador respondió con haciendo alusión a un popular meme de redes sociales con el que “amagó” con realizar también conferencias a mediodía y durante la tarde-noche.
“Ahora que no quieren las mañaneras, pues vamos a tener que hacer otra… Como diría el diablillo ese que sale en las redes sociales ‘Diles que ahora que no quieren las mañaneras van a haber también conferencias al mediodía y en la tarde-noche, para que se enojen’, indicó entre risas, antes de dar por concluida su conferencia.
En su aparición matutina, el mandatario pidió no confundir sus conferencias con propaganda, ya que estos encuentros con los medios, a decir de AMLO, granizar el derecho a la información.
“Lo único que puedo comentar es que no debe de confundirse, propaganda con información. ¿Qué es propaganda? El que yo esté llamado a votar por un partido, de manera directa o simulada, ¿cuál es la palabra? subliminal. No, nosotros son vamos a hacer eso, nunca lo hemos hecho, sería ir en contra de nuestros principios, contra eso luchamos durante mucho tiempo”, destacó.
¿Error político?
Este caso y la referencia a un meme es un caso más que se suma a las críticas que indican que la manera en la que el presidente de la República Mexicana se expresa están lejos de lo que debería ser un discurso político, lo cual hace que se pierda credibilidad en su postura ante temas de agenda nacional e internacional que son relevantes.
En términos generales, lo que está en juego es la credibilidad y la eficacia del discurso. EL fondo cuenta pero puede validez cuando no se presenta de la manera adecuada. Esto tiene mayor peso cuando consideramos la batalla por la relevancia que ahora mismo juega el músculo de comunicación y posicionamiento de AMLO
Si bien la aprobación del presidente se mantiene a niveles aceptables, es justo decir que este indicador ha disminuido de manera importante al paso de los meses. De acuerdo con apuntes de El Financiero, mientras en febrero del año pasado el nivel de aprobación se ubicaba en 83 por ciento, al cierre de septiembre el indicador habría llegado apenas a 68 por ciento.
Acierto en comunicación
Aunque lo que esta en juego es algo sumamente importante, la realidad es que la estrategia podría ser un acierto en comunicación.
Lo que hace AMLO con estas referencias es presentar la político y sus aristas derivadas como algo sencillo de entender y accesible para todos.
Como se mencionó este tipo de referencias y anotaciones no tienen otro fin más que generar empatía con las masas, lo cual, al presentar el discurso con elementos de rápida identificación y aceptables por el grueso de la sociedad puede generar, incluso, confianza, aspecto que el gobierno padece.
El tema es particularmente importante si consideremos que, de acuerdo con el Barómetro de Confianza 2019 firmado por Edelman, el gobierno es la figura en la que menos confían los mexicanos (34 por ciento). Entidades como las empresas (71 por ciento), las ONG’s (72 por ciento), y los empleadores (82 por ciento) se llevan el crédito entre los ciudadanos en términos credibilidad sobre las vías para solucionar los problemas que aquejan a la sociedad.
El equilibrio entre credibilidad y confianza, por tanto, es crucial, más aún en un momento en el que el marketing político tendrá especial relevancia ante audiencias especialmente sensibles que no durarán en reaccionar de manera incluso agresiva a aspectos que, de una u otra manera, este fuera de las garantías de seguridad que ahora demandan.