Si bien este tipo de ejecución ahora son altamente reconocidas, lo cierto es que resulta interesante entender como Coca-Cola consiguió, hace algunos años, apoderarse de estas celebraciones de fin de año y hacer de su clásico color rojo, uno de los más icónicos de la Navidad.
Esto sucedió hacia el año 1931, cuando Coca-Cola lanzó una campaña publicitaria en la que la que hasta este momento era la vestimenta tradicional de Santa Claus en tonos verdes, fue transformada para adoptar los colores de la reconocida firma.
Así, Santa Claus se vistió de rojo con blanco y aunque no fue la primera vez que el reconocido personaje portó estos colares lo cierto es que fue Coca-Cola una de las principales responsables de popularizar dicha imagen.
De acuerdo con el sitio, Coke Lore de la firma, la empresa comenzó a utilizar a este personaje durante 1920 en la publicidad impresa que se publicaba en revistas como The Saturday Evening Post, Ladies Home Journal, National Geographic, The New Yorker, entre otras, con el fin de cambiar la idea de que Coca-Cola no era una bebida para el clima frío. En aquel momento, la estrategia se acompañó del slogan:“La sed no conoce temporada”.
De esta manera, en 1930, el artista Fred Mizen dibujó a un Santa Claus tomando una botella de Coca-Cola en una tienda departamental, imagen que se convirtió en base de la campaña navideña de aquel año.
Esta campaña alcanzó un gran éxito, con lo que el entonces ejecutivo de la firma Archie Lee, decidieron utilizar este replicar la apariencia de este personaje en 1931 y a en años consecutivos.
La transformación de Santa Claus estuvo a cargo del artista sueco Haddon Sundblom, quien por encargo de Coca-Cola, hizo del “habitante del Polo Norte”, un hombre más alto, robusto, con ojos alegres y que cambió para siempre los colores de la Navidad.
La conexión emocional
Este sin duda se trata de un acierto más para la marca en términos de creatividad y publicidad que perdura hasta nuestros días.
Así Coca-Cola se convirtió en una de las primeras marcas en entender a profundidad los sentimientos del consumidor en estas fechas y darle un nuevo significado a las fiestas decembrinas.
Así, vale la pena recordar un estudio publicado por BMJ revela que el espíritu navideño que se encuentra en el cerebro humano está asociado a sentimientos de alegría y nostalgia.
De esta manera, no resulta extraño que, como indican desde GlobalWebIndex, el marketing emocional es especialmente evidente durante la temporada navideña.
Sumarse a la temporada con campañas publicitarias tiene que ver con capitalizar las mayores posibilidades de compra que la propia época supone.
De acuerdo con un estudio firmado por Unruly, tras ser expuesto a campañas navideñas, la preferencia de marca del consumidor se eleva 10 veces, el interés por conocer sobre los productos promocionados crece en 8 por ciento y el interés por comprar los productos anunciados en anuncios navideños se incrementa 24 por ciento.