Concluyó el proceso legal que siguió a la elección del pasado 3 de noviembre y ya sin ningún obstáculo, el nuevo presidente Joe Biden, se apresta a diseñar el plan inicial de trabajo, su comunicación política y terminar de integrar la base de su gabinete.
El presidente más votado en la historia democrática americana decidió confiarle a un destacado grupo de mujeres especialistas su oficina de comunicación, misma que encabezará Jen Psaki, con un claro objetivo: Unificar al país a través del diseño de un mensaje poderoso que lleve como premisa “Los Estados Unidos están de regreso”.
Una vez que la campaña quedó atrás y que las promesas deben materializarse, la comunicación está llamada a ser la plataforma de despegue de este nuevo gobierno del cuál se espera un especie de borrón y cuenta nueva.
Los retos de Joe Biden, mismos que habrá de convertir en políticas públicas de alto impacto para los más de 77 millones de votos que obtuvo en el llamado voto popular, serán de gran calado.
Recordemos que en campaña el lenguaje que suele utilizarse va escrito en verso y con buena rima y a la hora de gobernar éste se transforma en prosa. No es lo anterior una ley inmutable escrita en el diccionario de la comunicación política pero suele ser cierta en muchos casos.
De tal modo, que los retos de Joe Biden, mismos que habrá de convertir en políticas públicas de alto impacto para los más de 77 millones de votos que obtuvo en el llamado voto popular, serán de gran calado.
LOS RETOS:
La distribución y el diseño de la logística de la vacuna contra el COVID 19 que para fortuna de su próximo gobierno, le tocará a su equipo diseñar. Empieza con el pie derecho.
El cabildeo con los organismos multilaterales que como la Organización Mundial de la Salud y la de Comercio quedó muy débil por las resistencias y el rompimiento con ellos por parte de Trump.
El regreso a los acuerdos de París en materia climática que entraron en vigor el 4 de noviembre del 2016.
El buen manejo de la macroeconomía que deja asignaturas pendientes como la Tasa de desempleo que llegó a 14.7 %, y la creación de 11.1 millones de empleos perdidos. Para la economía más importante en el mundo estos fracasos no lo dejan bien parado en el concierto de las naciones.
Mejorar la relación pública con México, país a quien Trump denigró con rudeza extrema. El tema migratorio deberá ser el eje de la nueva política diplomática que ahora llevará en sus manos Esteban Moctezuma designado esta semana como nuevo embajador en los Estados Unidos.
Recuperar a sus viejos aliados como Inglaterra, Alemania y Francia que han quedado resentidos por los fuertes jaloneos con la administración que se va el 20 de enero.
Establecer una estrategia política y económica que le permita a los EUA recuperar el liderazgo que retomó Rusia Y China.
Unificar al país que ahora está polarizado demostrándole a los votantes de Trump, que no fueron pocos, 72 millones, que gobernará para todos.
La apuesta por el liderazgo y la pacificación del país serán los vectores de la comunicación política que Biden realizará y el dilecto grupo de comunicadoras que ha designado sin duda le apoyarán con innovadoras ideas.
Nos encontraremos más adelante.
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