• Se espera que la mayor parte de los usuarios de Apple rechacen que las apps rastreen su comportamiento en otras aplicaciones y sitios

• Pero la tecnológica reafirma que se le debería de permitir al público no solo estar informado, sino tomar una decisión sobre esta política

• Al mismo tiempo, las propias herramientas de rastreo de información de la compañía de Tim Cook han atraído críticas de los reguladores

Hay varias razones por las que muchas marcas prefieren no invertir mucho en el ecosistema de Apple en cuestión de privacidad. Una de las principales, como refuerza la noticia que da a conocer Reuters, es cómo la tecnológica prioriza la privacidad de los usuarios finales sobre el negocio publicitario de anunciantes. La empresa acaba de amenazar a todas las apps en su tienda móvil de bloquearlas permanentemente de su ecosistema si no se ajustan a una regla.

La tecnológica quiere que todas las apps en la App Store permitan a los usuarios bloquear los spots de ciertos tipos de anunciantes. En específico, aquellas marcas que pueden rastrear su actividad a lo largo de múltiples aplicaciones. Dicha función, App Tracking Transparency, es parte de la apuesta de Apple por la privacidad dentro del ecosistema. Según Craig Federighi, vicepresidente senior de ingeniería de software en la empresa, el cambio se aplicará en 2021.

Una vez que se implemente esta herramienta, un pop-up se mostrará a los usuarios en donde se le dirá que la app desea “seguir su actividad a lo largo de software y sitios de otras marcas”. La idea es que los usuarios de Apple acepten expresamente estas actividades de anunciantes. Aquellas empresas que omitan este paso podrían ser expulsadas de la App Store. Agentes como Facebook rechazaron la medida, pues creen que afectará a pequeños desarrolladores.

Apple, ¿territorio infértil para los anunciantes?

El ecosistema iOS, dentro del mercado móvil, es particularmente atractivo para las marcas. Si bien los dispositivos Android son más numerosos y tienen más usuarios a escala global, según The Verge, son los desarrolladores en Apple los que generan más dinero. Durante todo 2019, se calcula que la compañía de Tim Cook pagó el doble de ingresos a compañías dentro de la App Store de lo que Google repartió en su Play Store. Así pues, hay un interés de anunciantes.

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De hecho la misma Apple en otras ocasiones se ha visto interesada, aparentemente, en tener un rol más importante en la industria de la publicidad. Hace tres años, en datos de WNIP, la marca estaba trabajando en expandir esta unidad de negocios con una nueva red de apps. La idea en su momento era crear un entorno publicitario enfocado no solo en la transparencia y el poder reducir el fraude. También se buscaba abordar los miedos de privacidad del público.

Pero es precisamente esta búsqueda por experiencias de uso más celosas de los datos de la audiencia que Apple ha ido perdiendo atractivo entre los anunciantes. Ya desde hace meses que agentes como Adweek reclamaban a la tecnológica por afectar indiscriminadamente el modelo de negocio de publishers en su ecosistema. Y con medidas todavía más fuertes como la que acaba de anunciar, será difícil que encuentre socios dispuestos a colaborar con ella.

Los escándalos de privacidad de Tim Cook

Aún con su promesa en pro de la integridad de los datos de los usuarios de Apple, en varias ocasiones se ha dado a conocer que la empresa no es tan celosa de la privacidad. Para 2019, se reveló que su sistema Siri también recolectaba información sensible de sus usuarios. No solo eso, sino que también ponía muchas de estas grabaciones a disposición de expertos humanos. Incluyendo empleados externos a la compañía, contratados solo temporalmente.

También se ha criticado ampliamente a Apple, así como gigantes como Google y Mozilla, de no colaborar para crear un mejor entorno de privacidad. Según la IAB, cada uno de estos agentes líderes está trabajando en su propio sistema para proteger a los usuarios. Lo anterior no solo no podrá ofrecerle la mejor protección al público. Sin un estándar común a todo el sector, será difícil que en compañías externas se puedan tener protecciones satisfactorias.