Hace unos 35 años, existió en México una exitosa campaña para concientizar a la población sobre el cuidado del agua, misma que está incluida en un recuento que Merca2.0 realizó hace un par de años a razón del mega corte que sufriría la Ciudad de México.
Y ahí comienza mi reflexión, pues el enfoque principal de todos estos esfuerzos a nivel mundial se centra en cerrar la llave mientras nos rasuramos o cepillamos los dientes, en captar el agua de la lluvia para su uso en el WC o para poner una cubeta en la regadera mientras el vital líquido alcanza la temperatura que deseamos.
Es verdad que ciudades enteras sufren de desabasto de agua potable que les permita realizar las más básicas tareas de higiene personal, pero todo esto adquiere un tono de alarma diferente cuando tenemos frente a nosotros datos como el que consigna el Banco Mundial en su portal: “En la agricultura se ocupa el 70% del agua que se extrae en el mundo.” Y esta cifra se estima alcanza hasta el 77% en México.
La FAO por su parte, agrega a este dramático escenario que “3,600 millones de personas en todo el mundo viven en áreas que podrían sufrir escasez de agua al menos un mes al año. Se prevé que esta cifra podría alcanzar entre 4,800 y 5,700 millones de personas en el 2050, provocando estrés hídrico entre usuarios del agua y a través de fronteras políticas.” Si usted ve las noticias con cierta frecuencia, coincidirá conmigo en que esas disputas han tenido episodios muy complicados fechas recientes en nuestro país.
Para la producción de alimentos, hay muchas técnicas de siembra, pero para el manejo del agua, existen básicamente dos alternativas: sistemas de riego (donde las presas y los pozos juegan un papel fundamental) y la que depende absolutamente del agua de lluvia.
El problema del problema
Aislando momentáneamente el tema del cambio climático que claramente impacta la viabilidad de la producción de alimentos, en México hay diversas estimaciones que apuntan a que hay una pérdida entre el 50% y 60% del agua que se utiliza en la agricultura como consecuencia de la deficiente infraestructura para su almacenamiento y transporte.
Les pongo un ejemplo de qué tan cerca está este tema en nuestra realidad. En 2011 hubo una helada tremenda que exterminó 500 mil hectáreas de maíz sembradas en Sinaloa, conocido como el granero de México. Tuve la fortuna de participar en el comité de crisis de la mayor productora de semillas del mundo que en alianza con el gobierno federal y estatal, logramos resembrar alrededor de 350 mil hectáreas para garantizar la disponibilidad de maíz, sin embargo, el uso de agua para un segundo ciclo agrícola ese mismo año aunado a una sequía en el año siguiente, mermaron las expectativas de siembra los siguientes 3 años y fue ahí, con la carencia de agua, que los mensajes para su cuidado, surgieron por doquier.
Las pérdidas económicas estimadas por los eventos climáticos que recién les describí, fueron equivalentes a la inversión necesaria para el revestimiento de los canales que conducen el agua y que, con ese efecto, se lograría controlar la filtración en su traslado de las presas hacia las parcelas de los agricultores.
4 razones para creer que no todo está perdido
A pesar de lo oscuro que luce el panorama, el manejo del agua es un tema fundamental en la agenda de las empresas dedicadas a la industria agrícola y asociaciones de agricultores y ganaderos están seriamente preocupados por la viabilidad de esta importantísima actividad económica. Cabe señalar que, desde hace varias décadas, los gobiernos federal y estatal también lo han mantenido en su lista de acciones clave.
El Marketing agrícola se hace presente al impulsar categóricamente varias de estas acciones a través de servicios, recomendaciones y campañas que involucran a toda la cadena productiva y es fiel creyente de que, si bien hay tremendos desafíos, hay que crear las soluciones.
- Agricultores sustentables: Estamos frente a una generación de agricultores mejor informados y que buscan trascender y no solo producir y para ello, hay quienes han buscado métodos de producción que les permitan obtener ahorros al mismo tiempo de provocar el menor impacto al medio ambiente.
Estos son los principios básicos de la sustentabilidad: Hacer más con menos, ser responsables con el entorno y la comunidad donde operan. Es de llamar la atención que los agricultores más jóvenes han influido en sus padres y abuelos para dar un vistazo a esta positiva tendencia actitudinal, pero es relevante que hay cada vez más información disponible a este respecto.
- Nuevas (y no tan nuevas) técnicas: Mucha agua no es sinónimo de éxito. Las recomendaciones agronómicas correctamente explicadas además de una constante asesoría y campañas de difusión bien balanceadas, permiten dar mayores oportunidades a los productores de alimento para que logren alcanzar alta productividad con menos recursos. Este principio se basa en regar en el momento adecuado para garantizar que el cultivo llegará a cosecha y no regar muchas veces porque tengamos exceso de agua.
Transmitir las técnicas nuevas es tan importante como reforzar las ya conocidas y lo fundamental es no asumir que todo se sabe. En la citada sequía Sinaloense, un agricultor hacía un comentario: “no está de más que nos den recomendaciones que parecen básicas, no todos hacemos lo correcto”.
- Trabajar en equipo: Y esto no es ni debe ser un lugar común o un cliché. El marketing y el diseño de estrategias de negocio deben involucrar a varios jugadores de la cadena, no solo a los clientes, pues cualquier persona o entidad que juegue un rol en para que se siembre una hectárea, debe ser considerada.
Es altamente recomendable que entidades financieras, aseguradoras, CONAGUA e incluso las empresas que compiten, se coordinen en pro del cuidado del agua. El futuro no tiene un solo usuario, es de toda la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
- Tecnología: Cada vez más al alcance, cada vez con mejores desarrollos y cada vez con mejores resultados, hay disponibles hoy en México (y en muchos países del continente) sistemas de riego y monitoreo que permiten incluso ejercer acciones de predicción sobre el manejo de este escaso recurso.
Ya sean sistemas de riego de alto ahorro en el consumo, herramientas digitales que usan fotografías satelitales, estaciones climatológicas, pero las alternativas están ahí.
SEMBRANDO REFLEXIÓN
Hace unos meses les decía que la intención de esta columna es visibilizar la agricultura y la relación del Marketing con esta increíble industria, dar a conocer cómo se producen los alimentos, cómo se enfrentan los retos del entorno y hoy, el complicado manejo de este recurso vital. No hay que ver de quién es culpa el delirante uso y desperdicio del agua, sino entender la situación y tratar de diseñar el futuro con acciones en el presente.
Mientras tanto, no deje de cuidar el agua querido lector, nos conviene a todos.
Los espero en mis redes para comentar esta y otras columnas y darle a conocer otros contenidos que he diseñado para usted. Hasta la próxima.
Mis redes https://linktr.ee/soyjuanbecerril
NO SE PIERDA ESTAS MAGNÍFICAS REFERENCIAS:
MERCA2.0. ¡Amanda, ciérrale! Y otras famosas campañas para ahorrar el agua. https://www.merca20.com/amanda-cierrale-y-otras-campanas-para-ahorrar-el-agua/
BANCO MUNDIAL. EL AGUA EN LA AGRICULTURA. https://www.bancomundial.org/es/topic/water-in-agriculture
FAO. DÍA MUNDIAL DEL AGUA. http://www.fao.org/land-water/events/wwd2020/es/
GACETA UNAM. Más de 80% del agua se va en uso agrícola y de la industria. https://www.gaceta.unam.mx/crisis-agua-industria/#:~:text=La%20industria%20de%20producci%C3%B3n%20y,por%20100%20millones%20de%20habitantes.