“¡Cuidado! El Peligro de las Cámaras de Eco: las redes sociales y la creciente polarización.”
Imagina que entras a un café utilizando lentes inteligentes y que un algoritmo decida resaltar el brillo de aquellas personas que podrían potencialmente ser tu pareja y que a su vez, borre de tu vista a aquellos que no, probablemente jamás hubieses conocido a tu esposo o esposa, o a tu pareja actual.
Se que muchos habrán soltado alguna que otra carcajada y otros estarán evaluando seriamente en este instante, por qué no compraron esos lentes algunos años atrás, quizá incluso estén pensando que se habrían ahorrado un divorcio o mucho sufrimiento.
El futurólogo Michio Kaku, en su libro “La Física del Futuro”, publicado en 2011 predijo esta tecnología. Estos lentes hoy son una realidad y para 2025, 14 millones de estadounidenses estarán usándolos diariamente.
La digitalización llegó para quedarse, y la crisis sanitaria por covid 19, nos ha enfrentado a una realidad de la cual no podemos escapar.
Lo que planteaba al inicio del artículo con una analogía que podría parecer trivial, (en torno a que un algoritmo escoja a nuestra pareja), suena quizá hasta hilarante, sin embargo, esto sucede todos los días en las redes sociales. Un algoritmo escoge que información vemos, de acuerdo a nuestros likes, a las interacciones, a nuestras opiniones en torno a algún tema en específico y a nuestra historia de búsqueda. Con lo cual, nuestra visión del mundo se acorta cada vez más, y la dinámica diaria nos aleja de aquellos que opinan diferente. Nuestra naturaleza involuciona hacia un escenario en donde únicamente escuchamos lo que queremos escuchar, nos dirige hacia opiniones extremas y hacia una inevitable polarización.
En un estudio de la Universidad de Harvard, se realizó una investigación empírica relacionada a la actividad de las redes sociales de los legisladores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. La evidencia de la investigación muestra que aquellos políticos con ideologías extremas, generalmente atraen a una mayor audiencia que aquellos que suelen ser moderados. El estudio también se refiere al efecto conocido como “Cámara de Eco”, que no es más que la amplificación de ideas, información o creencias únicas, por transmisión constante o repetición. Esta investigación muestra que los mensajes que reflejan visiones más extremas tienen más probabilidades de hacerse virales.
Las redes han emergido como una plataforma clave, donde cualquiera puede involucrarse en el discurso político. Las posibilidades son infinitas cuando de campañas políticas se trata; cada vez más, la red tiene información específica de nuestros gustos, preferencias y comportamientos; y esto está siendo sin duda capitalizado, tal como lo muestra el caso de Cambridge Analítica.
Hoy en dia, aproximadamente un 70% de los estadounidenses utilizan las redes como fuente de información, y esto nos da una idea del peligro que representan las “Cámaras de Eco”.
Por otro lado, estudios revelan que el incremento sustancial de la opinión pública polarizada en redes sociales, puede influenciar el proceso e integridad de la toma de decisiones de los gobiernos. Los encargados de diseñar políticas públicas, podrían estar parcializados hacia opiniones extremas que en nada tienen que ver con los problemas reales de los ciudadanos.
Las “Cámaras de Eco” tienen un impacto mayor en la medida en que los algoritmos nos alejan de la realidad del otro y nos acercan cada vez más a una realidad única: “La Nuestra”. El resultado es una mayor polarización, el nacimiento y propagación de grupos extremistas, el incremento de enfrentamientos y la exacerbación de la intolerancia.
Pero ¿cómo detectarlo? ¿Cómo no ser presa de una inercia digital global? ¿Cómo dejar de ser un autómata al servicio de los intereses particulares de otros?
Una “Cámara de Eco” tiende a dar una única perspectiva de la realidad, está basada en un rumor o en una evidencia insuficiente e ignora los acontecimientos o hechos cuando van en contra del punto de vista único. Esta situación no es nueva, siempre hemos comprado el periódico con el que compartimos opiniones o sintonizamos el canal de noticias que más se acerca a nuestra visión del mundo, sin embargo, el poder de la digitalización y de los algoritmos es real y su impacto es exponencial.
La solución, es tomarnos el tiempo para informarnos a partir de varias fuentes oficiales, aún cuando no estemos de acuerdo; buscar datos reales que confirmen nuestras hipótesis o confirmen lo contrario, intentar compartir tiempo y espacios con personas que piensan diferente, que tienen perspectivas distintas a la nuestra, escuchar con atención y respeto, sin pensar en responder inmediatamente para esgrimir nuestros argumentos.
Al estar expuestos a diferentes puntos de vista crecemos, somos empáticos y entendemos mejor la realidad del otro. Ampliamos nuestros horizontes, mejoramos como personas y cómo raza.
Si no existieran diferentes maneras de pensar, ¿donde quedaría la creatividad? Quizá la tierra aún fuese plana, estaríamos comunicándonos con un BlackBerry, el Teatro Dolby aún se llamaría Teatro Kodak, existiría Blockbuster en lugar de Netflix o Amazon Prime, el “Perseverance” no estaría rumbo a Marte y Nokia jamás soñaría con construir una red 4G en la luna.
Pensemos en aquel día donde alguien, (que muy probablemente piensa diferente a nosotros), nos dijo algo que cambió nuestra vida para siempre.
Alguna vez un maestro me dijo:-“Cuando la práctica supera la teoría, es momento de cambiar de paradigma”.