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Los diversos debates que se han llevado a cabo, de cara a la elección presidencial de Estados Unidos, han estado protagonizados para mal, por los moderadores.
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Un aspecto que no podemos perder de vista hoy en día es el que nos advierte de la capacidad que tienen las redes sociales en influir y el pecado que es no aprovecharlas.
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El segundo debate presidencial se ha llevado a cabo en Estados Unidos, a días de celebrarse la elección en que Donald Trump se jugará la reelección y un desangelado Joe Biden buscará llevar de vuelta al partido demócrata a la Casa Blanca.
Ante el actual ánimo político que se vive, un curioso error se ha registrado por parte de la moderadora de este segundo debate y es un pecado que un influencer no se puede permitir en estos momentos, en que la comunicación a través de redes sociales se vuelve fundamental.
Kristen Welker, quien es corresponsal de NBC News en la Casa Blanca y conductora en Today Show se ha presentado en el segundo debate con casi 60 mil seguidores en Instagram y una cuenta cerrada que nos habla de la pésima estrategia de influencia con que cuenta esta personalidad.
Ser influencer y contar con una cuenta privada es un privilegio negativo que muy pocas personalidades pueden darse, considerando que de ello depende gran parte de tu marca personal.
El segundo error que cometió es que no preparó una estrategia que aprovechara la comunicación que le ofrece el moderar un evento político sintonizado a nivel mundial.
Este tipo de errores en la estrategia de marca personal ha sido recurrente en los debates presidenciales que hemos atestiguado.
Lo ocurrido con Chris Wallace, conductor de Fox News y el desastre que protagonizó en el primer debate, se ha convertido en prueba de la falta de interés que hay por los medios de comunicación actuales, que tienen a las redes sociales en el centro de sus estrategias.
Dentro de un estudio llevado a cabo por Pew Research Center, la firma encontró cuál era el porcentaje de adultos entrevistados, quienes pensaban que Trump ha cambiado el tono del debate político en Estados Unidos.
El 55 por ciento de ellos consideró que empeoró y solo un 25 por ciento consideró que había mejorado.
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