• ¿Puede un controlador ser un buen elemento para un trabajo?

• Algunas personas obsesivas tienen algún talento que les gusta realizar hasta el límite.

• Los controladores pueden sentir frustración todo el tiempo.

A nadie nos gustan las personas obsesivas, aunque tal vez seamos una de ellas. Se les conoce como “control freak”, a los controladores compulsivos, personas que quieren tener poder sobre cada detalle y que rayan en un comportamiento enfermizo. Cabe mencionar que este tipo de actitudes extremas, pueden venir de diversas enfermedades mentales y quizá las personas que lo padecen necesitan tratamiento. Sin embargo, no todo es terrible pues en dosis más pequeñas, una persona con esas características puede ser hasta un buen elemento para un trabajo. Es cuestión de saber sacarle provecho a los defectos y las obsesiones de las personas, esas manías que casi siempre se toman como negativas. Aunque posiblemente exista poca gente que le guste trabajar con ellos, a veces tenemos que aprender a hacerlo.

Los controladores posiblemente no estén tan aptos para interactuar con otras personas, pero, ¿qué tal si les dejas tareas específicas? Seguro tienen algún talento que les gusta realizar hasta el límite. Todo es cuestión de ponerlo en el lugar correcto. Dicho todo lo anterior, no quiere decir que estas personas no puedan convertirse en un problema. Tal vez no lo habías identificado, pero tienes un “control freak” en el trabajo que te hace la vida de cuadritos. ¿Puedes ayudarlo de alguna manera o estás lidiando con un problema grave del que es mejor huir? Tal vez sea bueno que analices la situación, para tener un ambiente laboral mucho más relajado y productivo.

Destruyen la creatividad

No hay escapatoria si el “control freak” en cuestión se trata de tu jefe. Posiblemente esta es la peor pesadilla de muchos empleados, tener a personas que quieren que las cosas se hagan siempre como ellos dicen, sin dar ningún espacio a la creatividad de ningún tipo. Algunos tal vez no se dan cuenta, otros son abiertamente hostiles, con un talento para dar órdenes autoritarias y hacer que todos a su alrededor huyan. De este tipo de persona controladora es mejor estar alejado.

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Frustración constante

Existen ciertas características de las personas obsesivas, que pueden ser muy graves. Esto ocurre, sobre todo, si se trata de un trastorno severo o que requiere de atención médica. Existen personas que están en un perpetuo estado bajo presión. Su estrés y angustia son constantes y están siempre en alerta, pendientes de posibles peligros. Esto puede llevar a un sentimiento de frustración todo el tiempo, al ser incapaces de controlar su entorno. En casos extremos, sería mejor buscar un doctor.

Controlar los gastos

Los “control freaks” no son malos en todo. Tal vez no exista aspecto que requiera de un control tan preciso como la parte financiera. Una persona obsesiva en este aspecto, pero también inteligente y de confianza, podría crecer en esta parte. Con su gran capacidad para el detalle, pueden crear grandes ahorros y evitar que se gaste de más, administrando cada centavo de la mejor forma. Se suele conocer como “business intelligence”, al ejercicio de proyectar los gastos, el retorno de inversión y todo lo que hace que, a fin de cuentas, la empresa siga funcionado.

Enfocar esfuerzos

Como el punto anterior, una persona que gusta de controlar cada detalle puede ser útil si se le coloca en el puesto correcto. Hay que comprender que cada persona tiene un talento diferente, que todos somos distintos y que a veces hay áreas de oportunidad que no vemos. Si sabes que cuentas con alguien que no dejará que se le escapa nada, hazlo que se enfoque en donde debe hacerlo, uno que requiera de alguien tan obsesivo que eso se convierte en una virtud.