La frase dice: “breve y mientras más breve, mejor”. No hay pleito con esto, sin embargo, es importante destacar que para calificar un texto no es conveniente que lo hagamos por su extensión sino por su intención y contenido.
No te sumes a los que dicen sin pensar, por inercia: “el mexicano no lee”, porque los mexicanos sí leemos, claro que sí, simplemente que leemos lo que nos interesa y en ocasiones, lo que nos interesa es un anuncio, por ejemplo.
Piensa en tu pasión, en lo que más te gusta, ya sea un deporte, el cine, y de pronto encuentras una página o ves un artículo o anuncio que toca justamente el tema que te interesa, lo vas a leer, ¿o qué, si pasa de dos párrafos lo pasarás de largo? Seguramente no, leerás todo.
Lo mismo pasa con los consumidores, tienen sus gustos, sus preferencias, sus pasiones y emociones. Si escribes sobre lo que le interesa a tu cliente potencial y lo haces de manera creativa, clara y precisa, seguramente lo leerá completo, no importa la extensión del anuncio, sino su contenido, las palabras que elijas y la manera estratégica en la que ordenes la información.
Tú no piensas en las llantas de tu auto todas las mañanas, vamos, ni las volteas a ver a menos que vayas a salir a carretera. Si de pronto se revienta una, la cambias, llegas a tu oficina o te conectas a internet desde tu casa y ves un anuncio de llantas, querrás saber todo para reponer tu llanta, buscarás información, precios, alternativas, leerás lo necesario pues es de tu mayor interés, ¿o no?
¿Por qué crees que un buen storytelling es poderoso?
Claro está que para que lean un texto con la extensión que llamamos “largo”, es necesario que realmente aborde el tema de una manera original, que tenga un encabezado tan atractivo que genere curiosidad. Es recomendable que tenga una entrada muy enganchadora, párrafos de tres o cuatro líneas y un cierre concreto y fuerte.
¿Tienes un producto o servicio que realmente ayuda a las personas? Díselos, cuéntales sobre tu oferta, utiliza las líneas necesarias, sin paja, las que requieras para hacer llegar tu mensaje.
Está por demás decir que un texto malo es aquel aburrido que no emociona, que no es claro, que dice lo mismo de siempre, uno bueno es el que, por ejemplo, te deja con deseos de saber más. Te invito a estar pendiente de lo que lees, que revises la extensión del texto que habla de lo que te interesa.
Si eres mexicano y has hecho el gran favor de leer hasta aquí, estarás de acuerdo conmigo, ¿no es así?
Cuida a las palabras y ellas cuidarán de tu marca. Hasta el próximo miércoles.