Para Airbnb las cosas no han sido nada sencillas. De la misma manera que sucedió con la mayoría de los jugadores en el terreno turístico, la marca vio cómo en pocos meses, los avances en su negocio conseguidos en años se perdían.
Si bien el nombre de la marca es lo suficientemente grande para garantizar su posición en el mercado, la realidad es que las facturas no se pagan solas.
Todo perdido en 6 semanas
Las declaraciones alrededor de este fenómeno fueron contundentes. A finales de junio pasado, en una entrevista para la cadena de televisión CNBC, Brian Chesky, CEO de la plataforma de hospedaje aseguró que la crisis que dejó la emergencia sanitaria, se tradujo para la compañía en la pérdida del trabajo de 12 años en apenas seis meses.
De manera puntual, el directivo aseguró “tardamos 12 años construyendo el negocio de Airbnb y perdimos casi todo en cuestión de 4 a 6 semanas”, al tiempo que destacó que “el turismo como lo conocíamos ha terminado. Esto no significa que el viaje haya terminado, solo el viaje como lo conocíamos ha terminado y nunca volverá”.
Airbnb se ha visto seriamente afectada por la pandemia de coroanvirus que se ha extendido en más de 180 países. Una de las consecuencias ha sido el despido del 25 por ciento de sus colaboradores, es decir casi mil 900 colaboradores.
Estas declaraciones llegan en un momento en el Airbnb ha reportado pérdidas importantes incluso antes de medir el impacto global y total de la pandemia.
Durante febrero pasado, de acuerdo con lo reportado por The Wall Street Journal, Airbnb habría registrado una pérdida de 322 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2019.La cifra contrasta con su ganancia de 200 millones de dólares obtenida en el mismo periodo de 2018.
Más relevante fue descubrir que en apenas 8 semanas, durante abril pasado, la facturación de la firma se cayó 80 por ciento, con lo que un mes después la empresa tuvo que despedir a mil 900 personas, el 25 por ciento de sus empleados.
Las claves de recuperación
Lo cierto es que aun con estas cifras ahora la marca está por salir a la Bolsa de Valores y ha comenzado a repuntar nuevamente.
Con caídas pronunciadas, lo cierto es que la marca tomó decisiones que ahora mismo le permiten invertir en nuevos proyectos para garantizar su supervivencia y de manera puntual estos aprendizajes se pueden resumir en dos puntos clave.
Crear confianza
Aún cuando la marca sabía que resultaría en perdidas para su negocio, Airbnb tomo la decisión de permitir que sus clientes cancelarán sus reservar existentes. Esto fue clave para demostrar que no buscaba aprovecharse de la situación y, al contrario, posicionarse como una marca de confianza entre sus públicos meta.
Asumió que la situación no fue ni responsabilidad suya ni de los clientes. Nadie era responsable y compartió este sentimiento con sus clientes.
Volver a las bases
Si bien el portafolio de opción de Airbnb había crecido de manera exponencial en los últimos años, la marca decidió regresar a la base de su negocio: alquiler de corto plazo.
Airbnb decidió “volver a las bases” y ese enfoque, según Chesky, fue clave para empezar a recuperarse.
Este cambio, le permitió detectar las tendencias y adaptarse a las nuevas necesidades del mercado
“La pandemia está cambiando la forma en que la gente quiere trabajar, viajar y vivir”, observó Chesky y gracias a su cambio de visión logró aumentar su facturación, al punto que ya a finales de mayo las reservas de alquiler para vacaciones –su principal negocio- había crecido 127 por ciento respecto del punto más bajo al que había llegado en abril.