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Disney violentó a una mujer de la tercera edad, tras descubrir que llevaba aceite de cáñamo entre sus pertenencias.
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El hecho se convirtió en un lamentable episodio para la marca, que continúa hilando error tras error en sus parques de diversiones.
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Uno de los incidentes más lamentables ocurridos en Disney fue la muerte de un niño tras ser atacado por un cocodrilo.
Disney es una de las marcas líderes dentro del mercado de parques de diversiones, pero las pésimas acciones se están descontrolando dentro de su negocio y lo peor es que la propia marca es la responsable de estas actividades, que están afectándola de forma especialmente negativa.
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado los problemas para Disney, no solo con una pésima campaña con la que invitó a sus asistentes a regresar a sus parques de diversiones sin éxito, pues resultó en una lamentable campaña que destacaba más por los elementos tétricos de su narrativa, que por ser cordial en su mensaje.
Posteriormente registró fallas en sus atracciones, llevando a que uno de los troncos que en Magic Kingdom sirven como balsas se hundiera.
El cruel trato contra una anciana en Disney
Una mujer de la tercera edad ha demandado a Disney y el caso se ha revelado en el peor momento para la cadena de parques de diversiones, enfrentando desde una crisis por la pandemia de COVID-19, una tétrica campaña con la que buscó atraer a los visitantes a sus parques y fallas en una de sus atracciones, que generaron todo tipo de críticas contra la marca, porque se evidenció que los visitantes no solo están en riesgo de contagio de COVID-19, sino que demostró que los expone a accidentes por mal funcionamiento mecánico.
Información que ha comenzado a ser reportadas por diversos medios advierte que una mujer de la tercera edad fue detenida en el parque de Disney en Orlando, Florida, luego de que la mujer de 70 años fue víctima de violencia, cuando en abril de 2019 estaba en Magic Kingdom, como parte de un recorrido que estaba haciendo por diversos parques de la compañía.
En la entrada le fue encontrada como parte del control de seguridad de rutina un frasco de aceite, que motivó al empleado de Disney a violentarla al separarla de su familia, dar aviso a la policía y entregarla para que fuera encarcelada por 12 horas en la comisaría local, acusada de un delito penal.
La leyenda que estaba en el envase decía “cero THC”, y estaba compuesto de aceite de cáñamo, pero con efectos psicotrópicos similares a los de la marihuana, aunque es diferente al CBD, que se usa con fines medicinales.
El peregrinar de la mujer comenzó entonces cuando en una primer prueba el aceite dio negativo a THC, pero en una segunda si dio positivo, por lo que incluso fue acusada de poseer hachís.
La mujer hacía uso del aceite para aliviar el dolor artrítico del que es víctima y todo comenzó con un pésimo control y conocimiento de los empleados de Disney, del tipo de medicamentos con el que llegan a ingresar los asistentes del parque, por lo que lejos de darles un trato hospitalario, los victimizan.
En la demanda figuran ejecutivos de Disney, como parte de un caso en que la mujer afectada tuvo que pagar 2 mil dólares de fianza para poder quedar en libertad.
Dentro de la demanda que es por 6 millones de dólares debido a daños personales y 12 millones de dólares por daños punitivos, se advierte que “los sucesos desgraciados que han motivado esta demanda muestran detrás de la cortina, la crueldad casual y la ineptitud imperdonable que yace en el frío corazón corporativo de Disney”.
Esta demanda se hace publica en un momento lamentable para Disney, pues durante el confinamiento al que obligó la pandemia de COViD-19, la marca tuvo que cerrar sus parques y en su momento generó fuertes críticas, debido a que suspendió el pago a sus empleados.
La compañía posteriormente tuvo permiso de reabrir sus parques y activó una tétrica campaña, que se convirtió en un desacierto para la compañía.
Posteriormente se reportó la falla en una de sus atracciones, hundiéndose uno de los troncos de Magic Kingdon que sirven como lancha en la atracción de un río, por lo que no solo arriesgó a sus visitantes a un contagio de cOVID-19, sino a salir lastimados por los juegos mecánicos que opera.