Una de las constantes en medio de la crisis ha sido la perdida de empleos y aunque podría pensarse que esto es un fenómeno que deja fuera a las empresas de gran tamaño, el ejemplo de LinkedIn deja claro que esta crisis no distingue.

La red social de profesionales propiedad de Microsoft despedirá a cerca de 960 empleados, lo que representa el 6 por ciento de su fuerza laboral a nivel mundial.

A detalle

Esta decisión ha sido tomada por el impacto que la pandemia causada por el coronavirus, la cual provocó una caída importante en la demanda de productos de reclutamiento.

Los reportes indican que los puestos de trabajo recortados se repartirán entre las divisiones de venta y contratación a nivel mundial.

En el contexto del anuncio de este plan, el CEO de LinkedIn, Ryan Roslansky, afirmó que la compañía entregará al menos 10 semanas are indemnización por despido, así como un seguro médico por un añopara los colaboradores que perderán su empleo en Estados Unidos. A esto se suma la intención expresa de priorizar al personal despedido para nuevos contratos.

DE manera puntual, el CEO ha indicado “quiero que sepan que estos son los únicos despidos que estamos planeando”.

Adicional, es importante mencionar que al personal afectado al que aun no se le ha notificado la perdida de su empleo podrían conservar los smartphones, ordenadores y equipos que LinkedIn adquirió en meses recientes para implementar el modelo de trabajo remoto.

La red social afirmó que los empleados que serán despedidos serán notificados esta semana y comenzarán a recibir invitaciones a reuniones en donde se determinará su futuro.

“Si no te mandan una reunión, no estarás directamente afectado”, destacó Roslansky.

Desempleo y su efecto en cadena

Lo que ahora sucede con LinkedIn es una muestra más de que la cadena de valor está dañada a niveles nunca antes pensados.

El efecto dominó que se observa con la red social, es sólo una consecuencia más de la reducción del empleo y el freno en contrataciones que es evidente en México y en el mundo.

Con esto en mente, el escenario pinta para que el mundo alcance niveles de desocupación máximos e históricos, con pérdidas que se calculan hasta en 15 por ciento de la fuerza laboral en comparación con lo registrado durante el cuarto trimestre de 2019.

En lo que concierne al mercado mexicano, las cifras no son alentadoras. Basta con reconocer las últimas estimaciones entregadas por Banco de México (Banxico), mismas que indican que tan solo entre abril y mayo se perdieron más de 12 millones de empleos en el país tanto ten el sector formal como informal.

De manera puntual, se estima que de los 12 millones 180 mil empleos perdidos en el periodo indicado, 3.72 millones corresponden al sector formal y 8.46 millones al informal.

Aunque 2.1 millones de personas, que equivalen a 4.7 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), realizó algún actividad relacionada con la búsqueda de empleo tasa superior en 1.7 puntos porcentuales respecto al mes de marzo, la realidad es que la oferta de empleo está paralizada.

Cuando menos así lo refiere un reciente estudio firmado por OCC Mundial, el cual revela que  el 56 por ciento de los reclutadores en México ha puesto en pausa sus contrataciones, mientras que sólo 8 por ciento sigue contratando con normalidad y apenas el 2 por ciento está reclutando mucho más que en semanas anteriores.

El asunto no es menor. Lo que esta en juego es la capacidad de los mexicanos para generar valor lo que de manera puntual se traducirá en una reducción en la capacidad de consumo que se reflejará por lógica en los ingresos de las propias empresas.