A partir de 2021, el mundo se dividirá en dos grandes segmentos: los que creen en que el COVID-19 cambiará de forma drástica al mundo. Esos que con el miedo toman decisiones de compra de negocio y de consumo. Y los otros, esos que no creen ya en nada que también deciden con base en el caos y en no creer. En la polarización. Y aquí hago un paréntesis importante. La polarización es una trampa de los intereses de los políticos y sólo interesa a los políticos. No tiene por qué interesarnos a nosotros los ciudadanos que sólo debemos de votar por el candidato que nos guste cuando sea necesario. No es necesario entrar en el campo de batalla de la polarización. Los que polarizan siembran odio y caos.
Por otra parte, en medio de tantas divisiones, las experiencias y la comunicación será fragmentada y dividida y las marcas y las organizaciones tendrían que fraccionar sus discursos para separar lo que quieren enviar a sus clientes. Por lo mismo, será necesario diseñar estrategias para dividir los mensajes clave en formas híbridas para ser entregados en forma online y offline de la mejor forma artesanal posible y de la mejor forma personalizada posible.
El caos no es tan malo como lo pintan. Yo me considero un agente generador del caos. Es un estado amorfo, indefinido anterior al orden que genera creatividad y un ordene prematuro. Que genera una sensibilidad especial por ser un origen primario. El coses aparentemente errático pero es el origen de un nuevo orden del todo. Es un nuevo comienzo y una nueva etapa. Una nueva oportunidad para todos. Es un tiempo de errar y de no tener miedo a volver a comenzar.
Hoy no hay nada más que incertidumbre en materia de eventos. Mientras no exista una vacuna o un tratamiento, difícilmente, la gente común, los ciudadanos de a pie asistirán a eventos masivos con personas que no conozcan o que no sean de su círculo cercano. Esta es la realidad y lo será por los próximos meses durante el 2020. En el mejor de los escenarios algunos eventos masivos en las principales ciudades del mundo en donde hay muchos intereses de promedio, se harán entre un 30% y un 40% de su capacidad y con medidas sanitarias de distancia que harán eventos muy distintos.
La realidad de los eventos será muy diferente. El futuro cercano serán los eventos híbridos. Consistirán en la mezcla entre lo remoto virtual y la poca “presencialidad” por seguridad y sanidad. Células de personas que se conocen entre sí estarán presentes y transmitirán para otras que estarán presentes de forma virtual y así de forma y en cadena recíproca imparable. Logrando contener contagios y riesgos. Sin vacuna, sin tratamiento, sin información verificada y con muchas noticias falsas serlos mas seguro para las marcas y las experiencias. Logrando así experiencias híbridas integrales y con recordación.
El caos crea realidades alternas creativas.