“No es lo que miras lo que importa, es lo que ves”, decía Henry David Thoreau y ahí está clave, dentro y fuera de la pantalla para “Tenet” el nuevo filme de Christopher Nolan.
Desde su ópera prima, “Amnesia”, Nolan ha jugado con la percepción del espectador, sobre todo, en sus filmes más personales. Ahí están “El gran truco”, “El origen” e “Interestellar” para probarlo. Su nombre, ha adquirido tal relevancia que aún sin saber del cast, el público está interesado. “Tenet” se convirtió en uno de los filmes más esperados de 2020. Ahora, cobra especial relevancia pues es, hasta el momento, es el filme que los cines esperan haga regresar a la gente a las salas.
De “Tenet” se sabe poco. Es un thriller de ciencia ficción con elementos de acción cuyas figuras más conocidas son Robert Pattison y Michael Cain, los acompañan Kenneth Branagh y una serie de actores en ascenso (John David Washington, el protagonista, Elizabeth Debicki y Aaron Taylor-Johnson). La sinopsis dice, de acuerdo con el sitio oficial de Warner Bros., “Armando de solo una palabra -Tenet- el protagonista de esta historia deberá pelear por la supervivencia del mundo entero en una misión que lo lleva a viajar a través del oscuro mundo del espionaje internacional que desdoblará en algo más allá del tiempo linear. No viaja en el tiempo. Lo invierte”. La verdad es que resulta en una presentación que igual puede referir a tantas otras películas, salvo por la última frase. Aunque Nolan lo ha explicado un poco más, sugiriendo que el tiempo no se regresa y confirmando que no es un filme de viajes en el tiempo; en su lugar un objeto o persona, sí se mueve dentro de la línea del tiempo. ¿Qué significa eso? Es difícil del todo visualizarlo y quizás ésa sea la cuestión, hay que verlo para entenderlo.
“Tenet”, un palíndromo que da nombre a la organización de espías en la ficción y cuyo significado es un “principio en el cual una creencia o teoría se basa, se habría estrenado el 17 de julio. La nueva fecha es el 31 de julio. Nolan quería conservar la fecha inicial, pero las condiciones de seguridad médica no son aún propicias. Warner Bros. Incluso ha considerado el estreno en video baja demanda. Es una decisión difícil de tomar. La película costó al menos 200 millones de dólares; la campaña de marketing se estima en una cifra igual, incluso mayor. Para cubrir sus costos, “Tenet” tendrá que recuperar alrededor de 500 millones de dólares.
Los argumentos de Nolan para defender el estreno en salas se han centrado en el beneficio que ello tendrá en la experiencia del espectador. Está diseñada para verse en salas y si ello ya mostró ser relevante para una película “sencilla” como “Roma”, pero cuyo diseño sonoro generaba una inmersión distinta, qué puede esperarse de un director que ya realizó un esfuerzo similar para “Dunkerque” (ganadora del Oscar por Mezcla y Diseño de Sonido) y cuyos resultados visuales en “El origen” e “Interestellar” difícilmente podrán verse igual en una televisión o un dispositivo. Para un filme donde la percepción juega un elemento clave, poder sumergirse en su dinámica es esencial y ello sólo se consigue cuando la atmósfera, cuando las condiciones físicas lo permiten. La cuestión está en la otra percepción.
Más allá del deseo que el público pueda tener por volver al cine, por experimentarlo de forma distinta a la que las plataformas lo permiten, está la duda de cómo se percibe la seguridad en las salas de cine. Es distinta le emoción y la incertidumbre que genera la trama de “Tenet”, la curiosidad que se tiene por verla y que incluso, seguramente, resultará benéfica si continúa tras ello, como sucediera con “El origen”, a la que se vive en la realidad. En México, por ejemplo, sólo hay salas abiertas en Aguascalientes y Michoacán. Cuando abrirán las salas en el resto del país es incierto. De ahí, está la monera en el aire sobre cuántas personas asistirán. La percepción podrá ser el gancho para ver “Tenet”, pero también podría ser el obstáculo para ello.