Las autoridades de salud en México han dado una nueva fecha para que se registre el pico de contagios en el país, al tiempo que han argumentado que la epidemia terminará hasta octubre próximo.

Luego de que al inicio de la cuarentena se indicará que el número de mayores contagios llegaría a mediados de marzo, ahora se han dado nuevas proyecciones que indican que este momento podría llegar la siguiente semana.

¿Los pronósticos no cumplidos?

Esta sería una proyección más que se sumaría a las ya entregadas por diversas instituciones y autoridades que han estudiado el fenómeno de la epidemia en el mercado mexicano, las cuales se han caracterizado por aplazar el mencionado “pico de la epidemia” mes con mes.

En abril pasado, cuando el país se encuentra a punto de entrar a la Fase 3, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), habría indicado que el mayor número de contagios en el país se registraría entre el 6 y 13 de mayo, con lo que se llegaría al peor momento de la epidemia en el país.

No obstante, el pasado 23 de mayo fue publicado el estudio Entendamos el COVID-19 en México, mismo que firmado por el Dr. Octavio Miramontes, del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México indicaba que la fecha el momento máximo de contagios por coronavirus en nuestro país se presentaría entre el 31 de mayo y el 13 de julio, con lo que el pico de mayores contagios tendría lugar hasta el 27 de junio.

Ahora, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ha dado a conocer que este momento se presentará durante la siguiente semana.

Las nuevas proyecciones

“Empezamos en febrero, terminaremos en octubre y podríamos decir que a mitad de junio estaremos a la mitad del conjunto de curvas epidémicas”, detalló el funcionario a la Agencia EFE.

De esta manera, todo indica que la siguiente semana se vivirá el momento de contagios más alto en el país, que la epidemia permanecerá en tierras mexicanas hasta octubre próximo y que un segundo brote se presentará a finales de este año.

El funcionario aclaró que en un territorio tan extenso como México no se puede establecer un sólo pico de casos; no obstante, aclaró que “un punto intermedio sería a mitad de junio”.

Con esto en mente ejemplificó la lectura de las curvas: mientras en ciudades como Tijuana y Baja California se muestran un descenso en las cifras de contagios, en otros como Monterrey se mantienen a la alza con lo que esta ciudad podría declarar el fin de la epidemia a mediados de octubre.

De acuerdo con lo explicado por López-Gatell, la epidemia “se ha vuelto tan larga gracias a las medidas de mitigación” del gobierno, con lo que se ha evitado que “de súbito llegue una gran cantidad de casos”.

“Solo si se mantiene el grado de control de la movilidad pública durante los siguientes tres meses, las predicciones serán fieles y posiblemente estaremos con una cifra de entre 25 mil y 30 mil defunciones. Si no, podríamos tener una mayor mortalidad”, puntualizó.

¿Las empresas resistirán?

Con un “control de la movilidad” sugerido para los siguientes tres meses la pregunta que surge es si el negocio de las empresas resistirán.

Y es que ya con poco más de tres meses de aislamiento y a pesar de que se comienzan a reactivar algunas actividades, el freno a la economía ya ha cobrado factura.

De hecho, de acuerdo con una reciente encuesta firmada por Vestiga Consultores, 6 de cada 10 empresas espera recuperarse de la crisis económica causada por la pandemia hasta 2022 o incluso después.

A detalle, el 33 por ciento de la unidades empresariales encuestadas indican que podrán hablar de recuperación al cierre del siguiente años, mientras que sólo el 8 por ciento afirma que este momento de estabilidad llegará este 2020.

En términos generales, el escenario propone una caída en las inversiones que, por definición pegará de manera directa y sentida a la cadena de producción de valor.

Mientras que el 31 por ciento de las firmas afirmaron haber cancelado todas sus inversiones, apenas el 4 por ciento afirmó continuar sin cambios.

Más importante es reconocer que el 15 por ciento de las compañías se han visto obligadas a desinvertir y apenas el 5 por ciento habló de inversiones a la alza.

De manera natural y lógica esto tendría un impacto en la cadena de valor, en donde millones de empleos (además de los ya perdidos) estarán en riesgo, con lo que el consumo interno se frenará. Sin empleo, no hay gasto y sin gasto no habrá ingresos para las empresas. El reto no es menor y es momento de reajustar una vez más los planes de negocio.