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Según la OMS, reabrir las economías sin pruebas masivas es como tratar de conducir con los ojos cerrados
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En países como Alemania y Reino Unido, se están armando escuadrones de decenas de miles de especialistas
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Dichos equipos se encargarían de rastrear y contabilizar posibles casos (y sus contactos) de COVID-19
Hay varios factores que hacen difícil el control de la actual pandemia de COVID-19. El más preocupante es que aún no hay tratamientos ni vacunas específicas para la enfermedad. Pero también hay que tomar en cuenta su alta tasa de infección, la relativamente alta posibilidad de muerte y el hecho que, aún sin síntomas, puede generar contagios. A estos desafíos se suma la aparente incapacidad de los gobiernos para lidiar con el brote, incluidas pruebas masivas.
De cualquier forma, muchos países en el mundo están viendo una reducción importante en el número de enfermos y muertos diarios, por lo que han relajado sus medidas de protección. Esto, también con la intención de reanudar una economía que lleva paralizada y agonizando por varias semanas. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo con Reuters, acaba de advertir a los países que si abren sus puertas sin pruebas masivas, será mucho peor.
El jefe de emergencias de la OMS, Michael Ryan, advirtió que la COVID-19 puede volver con mayor fuerza si los países no aplican pruebas masivas a su población. Y, además, llevan un seguimiento puntual y estricto de los casos de infección y sus posibles contactos. En este sentido, felicitó a Alemania y Corea del Sur, mencionando que tal vez su enfoque pueda evitar una desgracia. Aunque no dijo nombres, señaló que no es el caso de muchos otros gobiernos.
Pruebas vs la economía
La cuestión de la pandemia es que, aún cuando la mejor (y única) herramienta para combatirla es el distanciamiento social, el costo económico es prácticamente insostenible. A raíz de los pocos meses que se ha cerrado la economía global, se espera que todo el mundo pierda en conjunto unos seis billones de dólares. Las principales bolsas del mundo, el petróleo y toda la industria de la aeronáutica se han desplomado vertiginosamente. Y la recuperación será lenta.
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Tiene razón la OMS al decir que la única forma segura de reabrir las economías de una forma segura es con pruebas masivas. Es imposible que todos los individuos y marcas tomen las medidas de protección adecuadas para detener las infecciones. Sin un seguimiento puntual de casos, no se podrá aislar estratégicamente a los posibles enfermos. Entonces se verán nuevos picos de COVID-19 que, una vez más amenacen con destruir la estructura del sistema médico.
Sin embargo, es más fácil decir que deben hacerse pruebas masivas que poner en marcha un plan de estas dimensiones. No solo no hay suficiente producción como para abastecer a todos los gobiernos con el número de sistemas diagnósticos precisos que se necesitan. Además, la aplicación de un sistema de detección y aislamiento requiere medidas coercitivas que no todo país está dispuesto a llevar a cabo. Así que, por desgracia, aún falta la peor etapa del brote.
Algunas soluciones a la pandemia
Frente al descomunal reto de la COVID-19, algunas compañías han tratado de presentar sus propias soluciones a la pandemia. Facebook y Google decidieron que, en lugar de pruebas masivas entre sus colaboradores, conservarían el sistema de home office hasta 2021. Otras compañías, entre ellas Microsoft y Amazon, han apostado por el desarrollo de tecnologías con un enfoque cooperativo. También hay proyectos de rastreo de casos para toma de decisiones.
Lo cierto es que las pruebas masivas parecen ser la mejor respuesta. Según Marketwatch, la única forma de reabrir las economías es al aplicar estos kits en lugares masivos, como el trabajo e iglesias, así como con auto-diagnósticos. En datos de la BBC, de haber optado por esta estrategia desde el inicio se habría reducido la gravedad de la crisis sanitaria. Y en países como Vietnam, que tienen este enfoque, el brote está bajo control como apunta Japan Times.