La reputaciĆ³n es un activo que las marcas no pueden descuidar. Se trata de un elemento que de acuerdo con Corporate Excellence ā Centre for Reputation Leadershipe, representa el 80 por ciento del valor total de una empresa. En este juego, y en plena emergencia sanitaria, parece que Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego, han logrado construir una mejor imagen frente al consumidor que sus propias marcas.
Cuando menos asĆ lo refiere un reciente estudio firmado por Socialbakers, el cual se ha dado a la tarea de analizar cuĆ”l es la relaciĆ³n entre la reputaciĆ³n de los CEOās o dueƱos de algunas de las principales empresas en el mundo y la imagen que sus marcas proyectan entre los consumidores.
Slim mejor que Telmex
Mientras que multimillonarios como como Bill Gates, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg mantienen una reputaciĆ³n similar a las de las empresas que lideran (Microsoft, Amazon y Facebook), en el caso d ellas marcas mexicanas este fenĆ³meno no se replica.
Los dueƱos o directivo de importante compaƱĆas en el mercado mexicano parecen tener mejor reputaciĆ³n que sus propias marcas.
El caso mĆ”s representativo es el de Carlos Slim, empresario que dentro de la conversaciĆ³n en redes sociales alcanza una reputaciĆ³n positiva con el 51 por ciento de comentarios a su favor, mientras que sus marcas Telmex/Telcel se coronaran con una reputaciĆ³n negativa al sumar el 79 por ciento de los comentarios con referencia negativas a sus productos o servicios.
Aunque a escala, la fĆ³rmula se replica con Ricardo Salinas Pliego, quien en redes sociales con sigue un 37 por ciento de reputaciĆ³n positiva, mientas que su empresa, Grupo Salinas ostenta un 85 por ciento de reputaciĆ³n negativa.
Este Ćŗltimo dato es especialmente relevante si se considera que el estudio fue elaborado entre el 1 de enero y el 17 marzo, con lo que se consideran las semanas en las que firmas como Elektra o TV Azteca estuvieron en el foco de las crĆticas luego de ciertos eventos desafortunados.
CEO vs sus empresas ĀæUn problema?
La discrepancia entre la reputaciĆ³n del CEO y la de sus marcas puede ser un problema, mĆ”s en momentos en los que el consumidor demanda coherencia en cada acciĆ³n, punto de contacto y estrategia ejecutada.
En palabras de Amanda Berenstein, directora general de Weber Shandwick MĆ©xico, āla reputaciĆ³n de una empresa estĆ” indisolublemente ligada a la reputaciĆ³n de su presidente ejecutivo: ejecutivos globales atribuyen mĆ”s de la mitad del valor de mercado de su compaƱĆa a la reputaciĆ³n del CEOā, con lo que āla reputaciĆ³n positiva del CEO aumenta la atracciĆ³n de los inversores (88 por ciento), la protecciĆ³n contra crisis (91 por ciento) y la atracciĆ³n y retenciĆ³n de talento (81 por ciento y 79 por ciento respectivamente)ā.
Si bien la reputaciĆ³n del CEO impacta en la imagen que sus marcas son capaces de proyectar ante el consumidor, la realidad es que la norma juega en sentido contrario.
Las acciones firmadas por las empresas tanto en sentido positivo como negativo, tiene repercusiones en la imagen de sus directivos y dueƱos, lo que convierte a esta tarea de la construcciĆ³n de la reputaciĆ³n en un cĆrculo virtuoso.
Lo cierto es que todo lo anterior tiene un impacto radical en el negocio. Llegar a los bolsillos de los consumidores, mĆ”s en tiempos como los que ahora apremian, estĆ” fuertemente ligado a temas de reputaciĆ³n, por lo que cuidar este aspecto es fundamental.
Recordemos que el 70 por ciento de las personas asegura que al tomar sus decisiones de compra, la reputaciĆ³n de la empresa que respalda a una es un aspecto fundamental que, incluso, ostenta un mayor valor que las caracterĆsticas del producto mismo.