Además de la emergencia sanitaria y la coyuntura económica, el coronavirus acentuó un problema social que desde hace décadas afecta la sana convivencia: la discriminación. Así lo revela el caso de una empleada de supermercado quien denunció mediante redes sociales la discriminación de la que fue objeto a mano de sus vecinos.
Identificada en redes sociales como Miriam Armero Marin y empleada de un supermercado, la usuaria indicó que desde hace algunos días ha recibido una serie de notas anónimas bajo su puertas, en donde supuestamente sus vecinos le piden que deje su hogar, cuando menos durante esta contigencia, al ser considerada un foco de contagio por sus labores.
Mensaje de repudio
De esta manera, la empleada de una tienda retail, que no se especifica, pero que es considerada como de primera necesidad den el mercado español, compartido la nota enviada por sus vecinos en la que se lee:
“Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto, ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgo. Gracias”.
Ante esta situación, la empleada decidió contestar con una nota similar en la que indica:
“Soy la vecina del 3º izquierda. Al o a los valientes que dejan notas anónimas bajo la puerta (…) os diré varias cosas: Sí trabajo en un supermercado, con lo cual gracias a nosotros vosotros coméis cada día. No me tenéis que venir dando lecciones de limpieza cuando soy la primera que llega a casa y no puedo darle un beso a mis hijos hasta que no me he limpiado y desinfectado. La próxima vez, en vez de tanto aplauso a las ocho de la tarde, tened un poco más de empatía por las personas que tenemos que trabajar y tenemos familia. (…)Y en vez de dejar notas por debajo de la puerta de mi casa -concluye-, me tocáis el timbre y os lo diré personalmente. Por cierto, gracias por hacer llorar a mi hijo de 10 años, que ha sido el que ha cogido la nota”.
Discriminación a la alza
Este tipo de situaciones se han incrementado de manera exponencial al tiempo que la epidemia avanza.
Si bien este caso en particular ocurrió en España, lo cierto es que México no es ajeno a esta realidad.
Desde el pasado 19 de marzo a la fecha, el Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (Conapred) atiende 32 casos de personas que han vivido discriminación o agresiones durante la contingencia.
En su mayoría se trata de trabajadores a los que, a pesar de estar en los grupos de riesgo por un posible contagio, no se les permite trabajar desde casa.
Ante empresas que son consideradas como esenciales o de primera necesidad cuyos empleados no pueden parar sus labores o realizarlas desde casa, las compañías no pueden perder de vista este fenómeno, que de manera directa afecta a uno de sus activos más valiosos sobre todo en tiempos de crisis.
En este sentido, resulta importante destacar que tomar medidas al respecto no sólo se trata de proteger a sus empleados; este es un tema que también trata de proteger a la marca y sus negocios.
Recordemos que de acuerdo con un reporte de Edelman, el 90 por ciento de los consumidores a nivel mundial espera en que las marcas hagan todo lo posible por proteger el bienestar y la seguridad económica de sus empleados y proveedores hasta que termine la pandemia, incluso si eso implica pérdidas financieras significativas.