En la saga de películas Terminator, creadas por James Cameron, Skynet es el nombre de la inteligencia Artificial que controla a los vastos ejércitos que ganan el control de Estados Unidos. Skynet inició como un proyecto de un contratista del ejército estadounidense, pero se convirtió en líder del ejército de máquinas inteligentes que asumieron el control de la Tierra; solo quedó un pequeño grupo de humanos que estaban en constante lucha por retomar el control y eliminar a Skynet de la faz de la tierra. La red inteligente de Skynet inició como un modesto sistema de un proveedor del ejército y fue aprendiendo a una velocidad exponencial hasta que fue eliminando a otros proveedores y, eventualmente, a los humanos del ejército.
El escenario planteado en esta película no está tan lejos de convertirse en realidad. Hoy en día, poseemos Inteligencia Artificial con la capacidad de resolver muchos de los problemas más complejos del mundo. Inclusive muchos de los problemas y soluciones que se están viviendo con la pandemia de COVID-19 en el mundo se resuelven utilizando inteligencia artificial. Es muy probable que, mientras estás leyendo esta columna, los equipos que trabajan incansablemente en la búsqueda de una vacuna, estén apoyados por la Inteligencia Artificial en sus procesos, para poder agilizar su trabajo.
Sin embargo, hay un asunto que parece llamar mucho la atención. En prácticamente todos los países, la respuesta al desafío del coronavirus parece haber sido lenta y esto está teniendo consecuencias en términos de vidas humanas. La mayoría de los países que tienen un número bajo de defunciones por el coronavirus, parecen haber aplicado una serie de medidas con mucha antelación, a diferencia de los países que están sufriendo consecuencias más graves en términos de pérdida de vidas. Si nos ponemos a pensar en esas medidas y en las recomendaciones de los expertos de la Organización Mundial de la Salud, vemos que las acciones preventivas, que fueron diseñadas por expertos, podrían también haber sido diseñadas por sistemas de Inteligencia Artificial. En esencia, podría haber una serie de medidas de aplicación global diseñadas por algoritmos para ser las más eficientes para enfrentar esta pandemia.
Desde luego que, en el mundo en el que vivimos, es muy complicado pensar en algo así. Para empezar, difícilmente los líderes políticos aceptarían medidas diseñadas para ser perfectas, por ser resultado de la inteligencia artificial. No es raro visualizar cómo dichas medidas serían racionalmente las mejores, pero, posiblemente, serían consideradas como inhumanas por los líderes y por la población en general. Aunque, en el caso del coronavirus, estaríamos hablando de un sistema para salvar el mayor número de vidas humanas, de cualquier forma, no dejaría de ser visto como una máquina que está controlando el destino de los humanos. El miedo a que el sistema aprenda por su cuenta y se aleje del fin para el que fue creado siempre estaría allí.
Sin embargo, pese a los temores éticos de un sistema así, es importante que visualicemos que, para muchos de los problemas actuales, así sea la pandemia del coronavirus o cómo lograr que tus clientes compren más de cierto producto, el uso de la Inteligencia Artificial ya está detrás de esto. Los sistemas de este tipo de inteligencia se están convirtiendo en algo tan común, que prácticamente todos los sistemas del mundo la incorporarán en unos pocos años; los de ventas y de mercadotecnia también están pasando por ese proceso. No sólo se está dando un movimiento acelerado hacia la automatización de los procesos, sino que dichos procesos también se están optimizando con inteligencia artificial.
Retomando el tema de la respuesta de los gobiernos al coronavirus, podemos ver cómo los diferentes tipos de regímenes, desde los abiertamente autoritarios, las democracias y los sistemas parlamentarios han tenido problemas para enfrentar la crisis. En un mundo en donde se pueden diseñar las medidas perfectas con Inteligencia Artificial, tenemos la realidad de que los procesos de toma de decisiones de los gobiernos son en general lentos, especialmente cuando se comparan con un virus que demostró ser mucho más contagioso que otros similares que han causado estragos en la humanidad. El no dar el valor real a la velocidad de propagación, ocasionó que, en muchos países, no se prepararan adecuadamente y que, al manejar el problema con los esquemas de toma de decisiones prevalecientes, no se haya podido reaccionar con la velocidad y con la contundencia que se requiere.
Aún tenemos mucho que aprender de la pandemia del COVID-19 y, probablemente, seguiremos aprendiendo por muchos años más. El impacto en términos de crisis sanitaria y la subsecuente crisis económica no tienen precedente para varias generaciones de personas en la actualidad. Quizá, se pudiera establecer una comparación con la segunda guerra mundial o las pandemias que azotaron a la humanidad en siglos pasados, sin embargo, en dichas pandemias no se tenía la conectividad que el mundo de hoy posee y, por lo tanto, muchas de ellas sólo estuvieron en ciertas regiones del mundo.
Considero importante que para problemas como la crisis sanitaria por la que estamos atravesando, se deben utilizar las herramientas más sofisticadas para resolver los problemas que tenemos. En ese sentido, la Inteligencia Artificial puede jugar un papel importante para mitigar situaciones como la falta de capacidad hospitalaria y la escasez de equipo médico que está disminuyendo nuestra capacidad para luchar contra el Covid-19 de forma efectiva. En este caso, hay muchas vidas en juego y deberíamos aceptar que la ayuda de las máquinas y de la inteligencia artificial no es un villano como Skynet, sino puede ser quien nos ayude a encontrar soluciones para salir de esta crisis sanitaria y económica, con los menores efectos negativos posibles.