Desde tiempo remotos el color ha sido uno de los elemento que mejor transmiten las emociones desde tiempos del arte rupestre hasta el arte actual el color tiene un lugar protagonista en la representación de cualquier forma de expresión.
En el arte uno de los movimientos que mejor exploraron los colores fueron los postimpresionistas, solo por poner un ejemplo, en una de las cartas de Van Gogh a su hermano Theo, el artista explicó que no le importaba pintar un sol con tonos azules porque su intención de su pintura era la de retratar la emoción cálida y nostálgica que le causaban algunos atardeceres, “si puedo pintar el color de mi propia cabeza… podría pintar las cabezas de otras almas buenas, hombres y mujeres”.
El color es emoción
Es decir el uso del color en cualquier forma de expresión siempre lleva una intención, siempre busca reflejar una emoción, busca causar algo en el espectador. En el cine por ejemplo cada paleta de colores tiene un significado propio, en este arte los colores no tiene relación el uso de colores con un significado unitario y universal sino que cada director los platea de acuerdo a la intención del guión o de la trama en general. En las artes el uso del color no tiene un significado universal sino que cada creador le otorga el carácter a estos, dependiendo de lo que quiera transmitir.
Pero esto no deja suelto el hecho de que muchos directores recurren a estos por motivos sensoriales más que cognitivos. Esta premisa parece poder llevarse al marketing.
La importancia de los colores en el marketing
En el marketing ocurre algo muy similar, guardando proporciones y entendiendo que son disciplinas muy diferentes. Según un estudio denominado Impact of color on marketing, de Satyendra Singh demostró que una marca está expuesta a tan solo 90 segundo, y es el color lo primero que salta a la vista de los consumidores, y son estos los que comunicarán los valores de las marcas. Entre el 60 por ciento y el 90 por ciento de los juicios rápidos que se realizan sobre una marca provienen del uso del color.
Al igual que en el cine y en básicamente cualquier forma de expresión, en el marketing se debe transmitir a través de estos para hacer sentir una emoción al espectador. Es decir un uso adecuado de los colores puede permitir a las marcas adentrarse de mejor manera en la memoria de las personas y también se les puede transmitir la emoción que las marcas decidan.
Percepción y el color
Es un hecho que los colores o una escena se puede modificar para hacer percibir ideas o sensaciones de maneras distintas. El color hace que percibamos de manera distinta a las marcas. Un estudio de la Universidad de Yale estableció que tan solo al ver ciertos colores somos capaces de asociarlos a ciertos productos.
De ahí la importancia de los colores pues el color de nuestra marca debe ajustarse a la percepción que la marca quiere lograr y que los productos anunciados quieren dar. Por ejemplo un producto anunciado con una paleta de colores que no va con la personalidad de éste determinará si tendrá mayor o menor beneficio económico. Los colores deben reflejar la personalidad de la marca.
Lograr que los consumidores te recuerden por tus colores institucionales es el sueño de cualquier equipo de marketing. Por ejemplo ya sucede con el rojo de Coca-Cola, con el color blanco y la manzana de Apple, el azul de Ford. Para las marcas lo importante es que los consumidores reconozcan a la marca. De ahí que las marcas, cuando se adentran en un proceso de cambio de imagen, muy pocas toquen los colores, por lo general se limpia el logo, pero no se alteran los colores.
El uso adecuado de los colores es tan importante como cualquier otro proceso, como en el arte, en el cine y en el marketing los colores deben transmitir emociones. Los colores están intimamente relacionado a lo sensorial que a lo cognitivo.
Los colores también son emociones.