• El 60 por ciento de los mexicanos no cuenta ni siquiera con cinco mil pesos en su cuenta de ahorro

• Además, seis de cada diez consumidores en el país no se sienten con la capacidad de controlar sus finanzas

• La gran mayoría, de hecho, no planea para el futuro sino que se concentra en sobrevivir día con día

Si las personas piensan en su futuro, pueden estarse refiriendo a varias cosas a la vez. Podrían estar hablando sobre la forma en la que su profesión o área de experiencia puede cambiar en los próximos años. También se puede hablar sobre las innovaciones que las marcas presentan en su portafolio de ofertas. Por supuesto, también se puede referir al porvenir financiero tanto de las empresas como de los mismos individuos, en términos de la solidez de su economía.

En este último aspecto, hay muchos aspectos que están involucrados en un futuro financiero sólido para los individuos. De acuerdo con el New York Times, tiene que ver con saber hallar buenas oportunidades de inversión a lo largo del tiempo. Según Smart About Money, además debe de implicar el saber cómo ganar más dinero y también reducir gastos. Además, en datos de Investing Answers, también tiene que ver con saber lidiar con los elementos inesperados.

Por supuesto, para alcanzar todas estas metas, se necesitan tener buenos hábitos financieros. De hecho, para tener un futuro provechoso, donde el dinero no sea un problema, todos los individuos deberían de tener una serie de actitudes y acciones específicas. Claro, algunas son bastante evidentes. Sin embargo, algunas otras podrían ser un poco menos intuitivas para el público en general. De acuerdo con ePesos, son cinco actividades las que se den hacer:

Planear los gastos a futuro

Tal vez la mejor manera de asegurarse una buena situación financiera para el corto, mediano y largo plazo es tener un buen seguimiento de todo lo que se invierte a lo largo del tiempo. De esta forma, se puede llevar un conteo adecuado de todo lo que en teoría se tiene que ganar para hacer frente a las necesidades básicas. Y también ayuda a que las personas puedan ver qué tanto dinero se puede guardar para el futuro, o bien cuánto se puede poner a otras tareas.

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Procurar deshacerte de las deudas

Créditos y préstamos pueden ser muy útiles para hacer frente a ciertos proyectos para los que no se tiene la liquidez adecuada. Sin embargo, lo saludable es solo contraer el nivel de deuda que las personas puedan solventar en el corto y mediano plazo. De lo contrario, la gente solo estará sujeta a invertir todos sus ingresos en solventar crecientes intereses. O bien, incluso si el monto a deber nunca se hace más grande, se elimina la posibilidad de hacer otras cosas.

Hacer compras más inteligentes a futuro

Una de las razones por las que los consumidores a veces no tienen una buena perspectiva para el largo plazo, es que realizan compras impulsivas o de pánico. No solo pueden resultar en una muy mala inversión a largo plazo, además limita las posibilidades productivas en el corto plazo. Y es que alguna de estas adquisiciones puede significar que la gente no tenga el dinero suficiente para comprar o dedicar su dinero a un proyecto verdaderamente conveniente.

Eliminar las tarjetas que no se usan

Muchas personas cometen la equivocación de tener demasiadas tarjetas de crédito. Claro, esto ayuda a que su nivel de gasto sea bastante alto. Sin embargo, también implica que se van enterrando en una montaña de deuda cada vez más grande. Eso sin contar que, incluso si se usan con responsabilidad, la gran mayoría genera gastos y comisiones automáticas. Así que, para un mejor futuro económico, lo ideal es solo tener justo los instrumentos necesarios.

Tener una meta financiera clara a futuro

El mejor hábito que puede tener una persona es definir perfectamente qué tipo de hitos y objetivos se quieren lograr. De esta forma, es mucho más fácil visualizar qué cosas se están haciendo bien, en qué objetivos no se está logrando lo planeado, y cómo se puede mejorar. En este sentido, también es importante tener la capacidad de identificar las necesidades que cada uno puede tener en cinco, 10 o 15 años. Así, también se puede planear para entonces.