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Ikea recibió reportes de consumidores que compraron una cómoda modelo KULLEN 3
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La marca y la CPSC hicieron publico el retiro del producto
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Una acción de este tipo puede evitar u problema mayor para las marcas
Poner en a la venta productos que resulten perjudiciales o peligrosos para los consumidores puede ser un riesgo para cualquier marca, por ello, el reaccionar de manera oportuna puede evitar una tragedia. Ikea es uno de los ejemplo más recientes que reflejan una situación de este tipo.
En el caso de la firma sueca, el procurar la relación con sus clientes es sumamente importante para mantenerse como una de las marcas más relevantes en la actualidad.
Al respecto, vale la pena señalar que es considerada una de las que mayor cercanía tiene con el consumidor. De acuerdo con el Brand Intimacy Study realizado por MBLM, Ikea ubica el sitio 44 a nivel global y el octavo lugar en el sector retal como la marca con mayor vínculo con las personas; las marcas que lideran el ranking son Amazon, Disney, Apple, Ford y Jeep.
El retiro de miles de cómodas
Este miércoles se dio a conocer que la compañía retiró del mercado 820 mil aparadores o cómodas debido a que representan un riesgo para los niños pequeños, pues podrían volcarse y aplastarlos.
La decisión se tomo luego de que Ikea recibiera informes de incidentes similares, mismos que provocaron lesiones a algunos infantes. En ese contexto, en coordinación con la Consumer Product Safety Commission (CPSC) de Estados Unidos se informó del retiro masivo del producto denominado Kullen-3 de tres cajones fabricado por el megaretailer.
Aunado a la descontinuación del la cómoda, la CPSC recomendó a los consumiremos que posean un modelo de estos, a que dejen de usarlo de inmediato si no está bien anclado a la pared. Igualmente, señala que los clientes pueden pedir un kit para fijar a la pared a Ikea o devolver los aparadores para que se les reembolse el costo.
Una acción para evitar un problema
Lamentablemente esto no es nuevo para la marca sueca, pues se han dado diversos reportes en los últimos años en los que se advierte que algunos de sus muebles pueden representar un riesgo, en particular para los niños.
De hecho, el reciente retiro de casi un millón de cómodas se produce dos meses después de que Ikea acordara pagar pagar 46 millones millones de dólares a los padres de un niño pequeño residentes en California, que murió en 2017 cuando uno de los aparadores de la marca le cayó encima.
Entonces, aunque no se detectó de manera anticipada el defecto en el producto para impedir que saliera al mercado, al final el retailer supo escuchar las advertencias de los consumidores que denunciaron los riesgos y, determino retirar las cómodas. Esto puede evitar una tragedia, como otro infante con lesiones serias o mortales y, por ende, un impacto económico en contra de la compañía.