Sabemos que la generación Z no tiene lovemarks como teníamos los que pertenecemos a la generación X o los baby boomers. Tal vez las marcas que de niños eran sus favoritas ya no lo son y, por supuesto, ya no existen.
En datos de “Most Loved Brands” de Morning Consult, “el 52% de las marcas que aparecen en el listado de las 25 marcas favoritas de los miembros de la generación Z no lo hacen en los listados de otras generaciones”. El estudio está basado sobre una muestra del mercado americano, pero nos ayuda a entender un poco mejor el contexto.
También sabemos que la generación de los centennials, como también se les llama, son amantes de los videos cortos, series, marcas sencillas que contribuyen a la sociedad de algún u otro modo. Esos son los negocios que más afines son a ellos.
Otro factor importante para los centennials son los influencers. Para ellos las marcas que promueven los influencers son marcas que pueden llegar a gustarles, sobre todo si comparten sus gustos y preferencias.
Ahora bien también llega la generación T, que comprende a los niños nacidos entre 2010 y hasta posiblemente el 2025. Son niños táctiles que conocen el mundo a través de una pantalla digital, tableta, celular, etcétera.
¿Entonces qué hacer ante esta situación cuando la marca va dirigida 100% a la generación Z o T?
Hay muchos estudios acerca de este tema. Sin embargo, como son generaciones nuevas y cambiantes, muchas veces resulta complejo definir una estrategia porque son más inestables y de modas pasajeras.
Sin embargo, entrando al tema del posicionamiento, sin duda tenemos que replantear el concepto y entender más a las nuevas generaciones para poder ser una opción dentro de este abanico de marcas y servicios.
En el libro de las Lovemarks de Kevin Roberts se habla sobre los conceptos sensualidad, intimidad y misterio. El concepto tiene ya más de 15 años, pero no quiere decir que por eso ya es obsoleto. Sólo habría que reformularlo o replantearlo.
Los conceptos de la reformulación del posicionamiento que propongo son: Emoción, retos y compromiso social.
Las nuevas generaciones buscan la emoción, si una marca les da emoción se sienten atraídos por la marca aunque ésta no sea reconocida o sea relativamente nueva. A las nuevas generaciones les gustan los retos, subir de niveles, ser reconocidos por ser mejores, etcétera; así es que reténlos. Por último, y no menos importante, la marca debe mostrar un compromiso social o medio ambiental. Las nuevas generaciones son mucho más conscientes que tenemos que contribuir a un mejor planeta.
¿Tu marca ya está lista para las generaciones Z y T?