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Según Optinmonster, el 75 por ciento de las marcas B2B tienen una estrategia de marketing de contenido
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Para seis de cada 10 empresas, es todo un reto tratar de generar materiales llamativos
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Infografías y las listas son los materiales que tienen la mayor tasa de viralidad en la mayor parte del mundo
El marketing de contenido es, con facilidad, uno de los preferidos de las empresas. No solo continuará creciendo hacia 2020, tal y como lo hizo en el transcurso de este último año. Al mismo tiempo, le ha ayudado a ciertas marcas que habían empezado a esfumarse de la conciencia pública a recuperar la atención de los clientes. Asimismo, permite explotar una gran variedad de canales, desde los motores búsqueda hasta los prometedores asistentes de voz.
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Por supuesto, que sea una estrategia de marketing popular no significa que no tenga desafíos importantes para las marcas. De acuerdo con Markgrowth, la desorganización dentro de las empresas, y en particular en la implementación del contenido, es un reto regular. Wordstream, por su parte, cree que las barreras más importantes son la falta de recursos y la creciente cifra de competidores. Según, Coredna, el reto suele estar en el enfoque cultural de la organización.
Sin embargo, hay un desafío en el marketing de contenido que muchas empresas no logran ver. Esto se debe a la misma naturaleza del problema. Hay muchos conceptos que las marcas no entienden por completo. O bien, tienen una concepción errónea de cuál realmente es su significado en la estrategia comercial. De acuerdo con el CMI, hay cinco ideas que entran con mayor frecuencia en esta categoría. Pueden ser muy dañinas para el desempeño de la marca:
La definición de la verdad en el marketing de contenido
Muchos expertos e individuos creen que esta idea es una representación única, universal y objetivamente perfecta de la realidad. Pero lo cierto es que se trata de una interpretación de un hecho específico. La narrativa y el storytelling permiten a las empresas crear las versiones más adecuadas para la audiencia. Por supuesto, esto no significa que se está mintiendo al público. De hecho implica que se está trata de cambiar la percepción de la gente mediante una historia.
Audiencias vs bases de datos
Otra definición que afecta gravemente las estrategias de marketing de contenidos es la de público. Hay empresas y expertos que, por tener una lista de nombres y direcciones de correo, ya tienen un grupo de seguidores y consumidores. Nada más alejado de la realidad. Esta mala idea ignora la responsabilidad de las marcas a crear materiales y experiencias cautivadoras. Si en la comunidad no hay un engagement, no se tiene más que una simple base de distribución.
Compromiso con el contenido
Hay una gran diferencia entre la emoción y la aceptación. Por desgracia, muchas compañías y empresas todavía no entienden la utilidad del content marketing. Esto significa que, aún si los ejecutivos aprueban este tipo de iniciativas, es posible que no estén realmente emocionados sobre las perspectivas u oportunidades del programa. Así que, cuando empiece a sufrir, no habrá reparo en cerrarlo. Es crucial que cada proyecto cuente con el compromiso de todos.
Piezas verdes vs recursos clásicos
Muchas empresas creen que lo mejor para su estrategia de contenido es apostar por artículos “verdes” o “atemporales”. Sin embargo, esto podría ser un error, ya que no siempre se puede asegurar que este tipo de textos o videos realmente puedan ser a prueba del paso del tiempo. O peor, que sigan siendo interesantes después de unos años, a pesar de su validez eterna. Por ello, es mejor crear contenido que, aunque no esté actualizado, aún deje algo de qué hablar.
Medición de contenido
La frase “aquello que no se puede medir, no se puede mejorar”, es una de las más infames en marketing. Aunque tiene algo de cierto, aún hay varias empresas que creen que todo lo que se puede cuantificar es también importante para la estrategia. Esto no es necesariamente cierto. Los expertos de marketing tienen que aprender a ver qué indicadores clave de desempeño son los más relevantes para su marca. Y luego, hallar la forma de evaluarlos correctamente.