• Enrique Peña Nieta terminó con el monopolio petrolero de Pemex en 2015 y se abrió aún más a la inversión extranjera

• Según Export.gov, México producía alrededor de dos mil 100 millones de barriles diariamente en 2017

• Pemex apunta que el balance comercial de la empresa es de apenas 21 millones de dólares positivos

Una de las actividades económicas más importantes, tanto en México como en el mundo, es la inversión. Ésta herramienta no solo permite a las personas e individuos crecer su patrimonio. Para las compañías, es un factor crucial en su búsqueda por una viabilidad económica a largo plazo. En lo que respecta a la salud financiera de las naciones, los flujos de dinero que provienen de empresarios y compañías del extranjero son cruciales para un avance continuo.

México no es la excepción a esta regla. Para 2018, el Departamento de Investigación de Merca 2.0 apuntaba que el país era uno de los más abiertos a la Inversión Extranjera Directa (IED). Por supuesto, esta condición ha ido cambiando con el paso de los años. Si bien para el año pasado ya se capitalizaban más de 26 mil millones de dólares en estas actividades, algunos factores redujeron su dinamismo. En particular, la difícil relación con Estados Unidos (EEUU).

De acuerdo con cifras de Council of Americas, hasta 12 mil 300 mdd de la inversión proviene de la Unión Americana. Pero en cifras de Trading Economics, el nivel de IED general para julio de 2019 era comparativamente menor que lo observado en años anteriores. De los sectores más importantes a los que se van estos flujos de recursos, además de manufactura, es energía según Santander. Pero hay elementos que podrían perturbar este balance a mediano plazo.

Una “expropiación” de petróleo

Reuters reporta que el gobierno de México, a través de Pemex, tiene la intención de tomar control de un descubrimiento petrolero realizado en 2017. El pozo en cuestión fue encontrado por la firma Talos Energy en 2017, al sur del Golfo. No solo se trata del primer hallazgo por una compañía extranjera en casi 80 años. También podría permitir la extracción de miles de millones de barriles. Por lo tanto, es una inversión muy cuantiosa para los involucrados.

Si bien se planeaba en 2018 hacer el proyecto de manera conjunta, dos fuentes de Pemex apuntan que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene otros planes. A través de la empresa del estado, se tendría planeado tomar el control completo de la operación. La Secretaría de Energía podría designar a solo una de las empresas a supervisar las tareas de perforación y extracción. Lo anterior podría espantar a la inversión petrolera aún más.

Riesgos a la inversión extranjera de México

No es la primera vez que se revela que la actual administración no ha sido particularmente benéfica para la inversión extranjera. En marzo pasado, se reveló que la IED se había desplomado en 1.5 por ciento al cierre de 2018. Si bien en la toma de posesión de AMLO se había prometido apostar por estas acciones, al menos en el sector petrolero se paralizaron algunos proyectos. Aunque no se retiraron contratos, sí se detuvieron futuras concesiones.

¿Cómo podría afectar esta posible decisión de Pemex y AMLO a la inversión a futuro, en especial dentro del sector petrolero? Es difícil decir. Si al final la empresa estatal sí termina por asignarse el control del pozo, no solo se harían más tensas las relaciones con EEUU. Más compañías de energía americanas podrían tomar la decisión de no dedicar recursos a estas actividades. Esto a su vez significaría que el gobierno debería afrontar más retos por sí sola.

Por supuesto, siempre está la posibilidad que se llegue a un acuerdo beneficioso a ambas partes. Tal vez Pemex pueda dar algún pago compensatorio a Talos Energy por el descubrimiento. Al menos así se podría motivar a algunas empresas a continuar con su inversión en México, al menos en la parte de exploración. Pero al final, todo depende de cómo se aborde la negociación de parte del gobierno de AMLO con la compañía extranjera.