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Acusan a los ejecutivos de saber que la trampa que hacía la marca iba a derivar en una caída en las acciones, y de no hacer nada al respecto
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Volkswagen sigue padeciendo por el #dieselgate de 2015
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Aún así, continúa entre las compañías líderes en la fabricación de vehículos
A pesar de que Volkswagen sigue en la cima de los mayores vendedores de automóviles del mundo y de que en muchos aspectos parece haber dejado atrás el escándalo de las emisiones de sus motores diésel, el trauma no termina.
Es que el desastre fue muy grande y terminar de sanar la heridas llevará más de los cuatro años que ya han pasado desde aquel septiembre de 2015.
Este martes se conoció que el actual máximo CEO de Volkswagen, Herbert Diess, y el presidente de la compañía, Hans Dieter Pötsch, fueron acusados por fiscales alemanes de manipulación del mercado en una investigación vinculada al escándalo de emisiones de sus autos diesel.
Los dos ejecutivos están acusados de no revelar los enormes riesgos financieros del escándalo a los accionistas. También está acusada una tercera persona: Martin Winterkorn, ex CEO de Volkswagen.
Se trata de la última de las derivaciones del escándalo por manipular millones de automóviles diesel en todo el mundo para hacer trampa en las pruebas de emisiones, un desastre corporativo que ya le ha costado a la compañía más de US$ 30.000 millones.
Por no cumplir con su obligación
Diess, Pötsch e Winterkorn aparecen como protagonistas de una acusación de más de 600 páginas presentada por el fiscal en la región de Braunschweig, donde Volkswagen tiene su sede, publica Financial Times.
Allí, se los acusa de estar al tanto de los dispositivos que se instalaban en los vehículos VW mucho antes de que estallara el escándalo, y de no cumplir con su obligación legal de informar a los mercados de capitales de forma inmediata.
Los tres eran conscientes de las potenciales multas multimillonarias que habría que pagar si se conocía la trampa, y no hicieron nada, alegan los fiscales, “influyendo así ilegalmente en el precio de las acciones de la compañía”.
Las acciones del fabricante de automóviles alemán cayeron en más del 40 por ciento después del llamado dieselgate.
Diess, quien se unió a Volkswagen en julio de 2015, está acusado de tener pleno conocimiento de la manipulación y de comprender las consecuencias perjudiciales para la compañía.
Volkswagen y el manejo de la culpa
Con la idea de “lavar” la imagen de la marca, a comienzos del 2018, Diess anunció un cambio de cultura laboral en la empresa para hacerla más honesta, abierta y seria.
Diess creó un programa de cambio cultural llamado “Together4Integrity” (Juntos para la Integridad). Su esencia es premiar los comportamientos íntegros y disparar la alarma interna de aquellos que muestren actitudes erróneas o poco comprometidas.