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Uniqlo avanza y cada vez logra más mercado en el fast fashion mundial
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Su caída en Japón se compensa con China, pero Corea está siendo un problema
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¿Por qué los coreanos boicotean la marca?
Fast Retailing está en estado de gracia. A partir de una mayor presencia en China y con el aporte del Banco de Japón, su marca estrella, Uniqlo, crece en ventas y en posicionamiento global y, paso a paso, logra más relevancia en un mercado dominado por la española Zara (Inditex) y por la sueca H&M.
Basta decir que en el último reporte financiero sus ganancias operativas, antes de impuestos, mejoraron casi en un 10% en relación con el mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, una disputa diplomática en el extremo oriente aparece como un problema en medio de tanta satisfacción: los consumidores surcoreanos están boicoteando los productos japoneses y las tiendas Uniqlo son el blanco preferido.
Esto podría ser algo menor para una marca internacional, pero no lo es para Uniqlo, que necesita como el agua vender más en los mercados extranjeros para contrarrestar el declive de las ventas domésticas.
Así es, en los últimos trimestres, Uniqlo, que representa el 80% de las ventas de Fast Retailing, está teniendo problemas para crecer en Japón. Para compensar esto, estaba logrando, y con mucho éxito, un incremento notable en el exterior.
Impulsados por China, los ingresos de la división internacional de Uniqlo llegaron a lo que nunca habían logrado: en conjunto, superar a los del país natal de Tadashi Yanai, el multimillonario japonés fundado de la compañía.
Qué pasa en Corea
Sin embargo, surgió un problema: Corea del Sur. El mercado coreano representa el 8% de los ingresos de Uniqlo, un porcentaje demasiado alto como para no tener en cuenta lo que suceda allí.
Primero, veamos la relación de Uniqlo con Corea: la marca pertenece en un 51% a Fast Retailing y el resto es del grupo coreano Lotte, dueño de grandes almacenes y tiendas de descuento que lo convierten en el minorista más grande de Corea.
El sentimiento anti-japonés se despertó desde una serie de restricciones impuestas por Japón a las exportaciones desde Corea, aparentemente en represalia porque los tribunales coreanos obligan a las empresas japonesas a compensar a los trabajadores y a sus familiares por el trabajo esclavo no remunerado durante la Segunda Guerra Mundial.
En números
Mientras que Japón experimentó una caída del 7,5% en las ganancias en el trimestre fiscal finalizado en mayo, en el negocio internacional de Uniqlo hubo un aumento del 15%.
Esto fue más que todo impulsado por China, donde las ganancias crecieron más del 20% gracias a que la marca es popular porque tiene la reputación de ser barata y de muy buena calidad.
En el resto del mundo, en especial en Estados Unidos y Europa, Uniqlo aún está empezando a hacer pie. Una muestra del interés de expansión es el reciente acuerdo de patrocinio con el tenista Roger Federer por US$ 300 millones en 2018.
En paralelo, hay un problema de sucesión en Fast Retailing. Tadashi Yanai ya está grande y quiere retirarse, por lo que nombró a sus dos hijos como miembros de la junta directiva el año pasado. Sin embargo, según CNBC, aún no decide quién asumirá el mando, ni cuándo, y eso genera algo de incertidumbre.
Uniqlo no es un fiel representante del fast fashion de la manera clásica, sino más bien de la estrategia llamada timeless basic.
La diferencia es sutil, pero existe. Mientras las líderes del fast fashion (H&M y Zara) siguen de manera metódica las tendencias de la moda, Uniqlo apunta a lo atemporal.
El resto usa la misma lógica: crear la necesidad, fabricar la prenda a velocidad récord, venderla cuanto antes y a los pocos meses (a veces antes) ofrecerlas a precios de remate al mismo tiempo que se busca generar la necesidad en otra prenda, y así en un círculo virtuoso sin fin.