-
Argentina no puede salir de la crisis en medio del proceso electoral
-
S&P se suma a Fitch en la rebaja de la calificación, declarando un virtual default de su deuda
-
El peso argentino cayó 20% en dos semanas, y arrastra una devaluación del 68% desde enero de 2018
“Default selectivo”. Así calificó Standard & Poor’s, la calificadora de riesgo más prestigiosa del mundo, a la deuda de Argentina. De esta forma, genera una complicación más para que el país que está en plena transición política pueda intentar estabilizar su moneda y emprender una recuperación.
“El gobierno argentino extendió unilateralmente el vencimiento de todos los papeles a corto plazo el 28 de agosto. Esto constituye incumplimiento según nuestros criterios”, dijo la agencia.
En efecto, el lunes, luego de una nueva depreciación del peso, en total, el Estado argentino anunció la renegociación de los plazos de vencimiento de US$ 101 mil millones. Una parte de forma compulsiva, otra de manera “acordada” con los bancos propietarios de los bonos.
Del total de US$ 101 mil millones, US$ 7 mil millones corresponden a letras de corto plazo, US$ 20 mil millones son bonos bajo ley local, US$ 30 mil millones corresponden a bonos bajo ley extranjera; y US$ 44 mil millones son parte del préstamo que el FMI.
La reducción de la nota de Standard & Poor’s llega casi dos semanas después de que el pasado 16 de agosto, pocos días después de las primarias que terminaron con una dura derrota del oficialismo, Fitch, otra calificadora, también le bajó la calificación.
Citando “preocupaciones sobre la capacidad del país para pagar su deuda luego del colapso del peso”, la agencia recortó a CCC la deuda argentina, desde B, advirtiendo que podría perder el acceso al mercado “si Fernández (Alberto) se aleja bruscamente de la política establecida por la administración actual”.
Fitch hablaba de una “posición de liquidez endeble” en el “corto plazo” y de “riesgo de sostenibilidad de la deuda, publicaba Financial Times.
Esto se comprobó 10 días después, cuando el nuevo ministro de Hacienda anunció el refinanciamiento que ahora concluye con la rebaja de Standard & Poor’s.
“Tras la continua incapacidad de colocar papeles a corto plazo con participantes del mercado del sector privado, el gobierno argentino extendió unilateralmente el vencimiento de todos los papeles a corto plazo”, dijo S&P en un comunicado. “Esto constituye incumplimiento bajo nuestros criterios”.
El peso y los bonos argentinos se desplomaron luego de que el candidato más votado en agosto derrotara al presidente Mauricio Macri por 47% a 32%.
Desde entonces, el peso cayó más del 20 por ciento y los bonos alcanzaron mínimos históricos.
El país está a la espera de que el Fondo desembolse otros US$ $ 5,3 mil millones en los próximos meses, como parte del acuerdo récord de US$ 57 mil millones, aunque eso está lejos de estar confirmado dada la crisis actual.
Sin el desembolso del préstamo y la imposibilidad de salir a los mercados mundiales (el riesgo país está arriba de los 2.000 puntos), el país enfrenta un serio desafío financiero.
Morgan Stanley estimó que Argentina necesita US$ 12.900 millones para devolver intereses de bonos y letras en los últimos cuatro meses del año.
Mientras tanto, las reservas de dólares del país se están debilitando: cayeron más de US$ 10.000 millones desde que comenzó esta nueva crisis, ya que el Banco Central vende más de US$ 300 millones diarios para estabilizar el dólar.
Problemas de cálculo
Ya en junio pasado, Cristine Lagarde, entonces titular del FMI, admitió las dificultades que enfrentó la economía argentina.
“Fue una situación increíblemente complicada”, dijo y agregó que “varios actores –entre los que me incluyo— subestimamos la situación” cuando se comenzó a negociar el programa de financiamiento.
Habló de los problemas para contener la inflación: “Fue mucho más resiliente de lo que habíamos pensado” y admitió dificultades inesperadas para controlarla. “Tomó mucho más tiempo de lo que habíamos anticipado”, dijo.