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Argentina anunció una reestructuración de los vencimientos de su deuda a corto, mediano y largo plazo
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Una parte (que vence en 2018) de forma compulsiva; en otra, invitará a los bonistas a renegociar
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No hay quita de capital ni de intereses. Expectativa por cómo reaccionan los mercados
Mientras la crisis económica avanza (inflación, desempleo, pobreza y bajo nivel de actividad) al mismo ritmo de la incertidumbre política (debe esperar hasta el 27 de octubre para las elecciones generales), la Argentina reconoció este miércoles que no puede pagar su deuda externa en las condiciones en que está planteada.
El gobierno de Mauricio Macri quiere más tiempo para pagar los préstamos a medida que la agitación electoral genera aún más estragos en una economía muy dañada.
En una conferencia de prensa, el flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, el tercero en tres años y medio, dijo que la reprogramación de las deudas de Argentina debería proporcionarle al gobierno un alivio vital para asegurar el reembolso.
En total, según el Financial Times, el Estado argentino busca renegociar los vencimientos de US$ 101 mil millones: US$ 7 mil millones corresponden a letras de corto plazo (a quienes aplazará la devolución de forma obligatoria -excepto a los tomadores que sean ‘personas físicas’-); unos US$ 20 mil millones son bonos bajo ley local; otros US$ 30 mil millones corresponden a bonos bajo ley extranjera (en ambos casos serán aplazamientos voluntarios); y US$ 44 mil millones son parte del préstamo que el FMI ya le hizo al país entre 2018 y 2019, sobre un total de US$ 57 mil millones.
En caída
La crisis en Argentina viene desde hace largos años, el final del gobierno de Cristina Fernández no fue bueno, con una inflación creciente (25%), déficit fiscal y una economía emparchada con subsidios en muchos sectores, especialmente transporte y energía.
Todo se agravó luego con la llegada del empresario Mauricio Macri, en diciembre de 2015, quien precedido con una imagen de gran gestor prometió bajar la inflación (hoy arriba del 50% anual), la pobreza (ya abarca al 35% de la población), reinsertar al país en el mundo (no llegaron las inversiones previstas) y reactivar la economía (toda la industria trabajo muy por debajo de su capacidad).
Sólo el agro mantuvo “con vida” al país durante un tiempo, pero la liberación total de la economía lo volvió tan vulnerable a los vaivenes internacionales que en 2018, tras una brusca devaluación de más del 50% del peso, el gobierno debió recurrir al FMI, organismo que le aseguró un préstamo por US$ 57 mil millones.
Sin embargo, aunque hubo expectativa de un 2019 mejor, la crisis continuó y todo desembocó (como era previsible) en una dura derrota electoral en las primarias de agosto pasado, donde Macri, que busca su reelección, obtuvo 15 puntos porcentuales menos que el candidato de la expresidenta, Alberto Fernández.
Las generales son en octubre, pero como buena parte de la opinión pública y los mercados entienden que no hay chance de revertir la votación de agosto, impera la inestabilidad.
El dólar sigue subiendo (alcanzó los 58 pesos por unidad) y la inflación no estará por debajo del 50% a fin de año. Ya hay problemas de empleo y la pobreza aumenta.
Los bonos, las divisas y los mercados bursátiles se desplomaron luego de las primarias y no volvieron a recuperarse.
En cuanto a las medidas anunciadas este miércoles, Argentina ahora retrasará US$ 7 mil millones en pagos de deuda local a corto plazo con vencimiento este año y buscará una “revisión voluntaria” de US$ 50 mil millones de deuda a largo plazo, en gran parte en manos de inversores extranjeros, así como el aplazamiento del reembolso de US$$ 44 mil millones en préstamos ya entregados por el FMI.
“Se debe a tensiones de liquidez a corto plazo y no a problemas con la solvencia de la deuda”, dijo Lacunza.
En espera
Hay que ver ahora cómo reaccionan los mercado al anuncio, cuando comiencen las operaciones en la mañana del jueves.
El FMI emitió un comunicado diciendo que “continuará apoyando a Argentina durante estos tiempos difíciles”.
Fernández, en tanto, fue muy crítico con el Fondo, culpándolo junto con Macri por imponer una “catástrofe social” al pueblo argentino.