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Las medidas son un seguimiento a las nuevas medidas de privacidad presentadas para Safari en abril pasado
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De acuerdo con Statista, el software de Apple ocupa menos del seis por ciento del mercado global de navegadores
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Según la marca, varias violaciones podrían provocar restricciones más severas para todos los anunciantes
En un entorno tecnológico repleto de preocupaciones alrededor de los datos personales, las grandes compañías tienen muchos incentivos para mejorar sus políticas de protección. Las Big Tech se encuentran bajo la cuidadosa lupa del Gobierno de Estados Unidos (EEUU). Varias autoridades en Europa han aplicado enormes multas a marcas que han filtrado la información de los usuarios. En ocasiones parece que no pasa un día sin que un escándalo salga a la luz.
Para reducir la frecuencia de estos incidentes, algunas empresas empezarán a implementar medidas más severas. Según el equipo de desarrollo de Safari, Apple subirá la apuesta contra aquellos sitios y empresas que violan la privacidad. El navegador empezará a tratar a las páginas que rompan sus reglas de seguimiento de cookies “con la misma seriedad que un ataque contra el sistema de seguridad”. Es decir, se les tratará igual que hackers o malware.
¿Las violaciones de privacidad son tan serias como un virus?
No todas las compañías han abordado el problema de los datos personales de igual manera. Facebook trata de resolver su crisis de confianza con café gratis y paneles internos. Amazon, por su parte, quiere reducir (pero no eliminar) cuántas conversaciones graba y analiza Alexa. LinkedIn, por su parte, está probando el uso de huellas digitales para proteger información sensible en su app. Algunas agencias quieren fundar grupos para hallar soluciones conjuntas.
Tiene sentido que las marcas invirtan tanto dinero en este tipo de proyectos. Cifras de PWC apuntan que hasta siete de cada 10 consumidores creen que las empresas son vulnerables a ciberataques. Dichos miedos, según eMarketer, incluso han incrementado la incidencia de usuarios que emplean sistemas de ad-blocking. A la vez, igualar la recopilación de información con malware incrementaría el efecto negativo sobre las tareas de marketing que describe RSA.
Sin embargo, podría ser un mal necesario. Es claro que muchas de las grandes empresas y los negocios de menor tamaño no se han tomado con la seriedad adecuada las preocupaciones de privacidad. Un enfoque mucho más estricto podría ser justo lo que falta para que empiecen a aplicarse medidas a la altura de la situación. Al final, siempre se puede dar reversa cuando se compruebe cuáles son indispensables para un entorno saludable y cuáles son demasiado.