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Qatar es la sede de la Copa del Mundo de 2022.
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Debe construir todos los estadios y está en pleno proceso.
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Sin embargo, hay problemas coyunturales para una economía que depende del petróleo.
Qatar está en una carrera que pocos creían hace algunos años: organizar el evento deportido de mayor trascendencia internacional, una Copa del Mundo de la FIFA.
Sin embargo, venciendo los prejuicios (no es un país de tradición futbolística ni mucho menos) y de la mano de los “petrodólares” (no es barato organizar algo así), finalmente logró el objetivo.
Aunque hay denuncias sobre que hubo sobornos y presiones en el seno de la organización con sede en Zurich, lo cierto es que Qatar, en diciembre de 2022 (no en junio) recibirá a las mejores selecciones de futbol del planeta.
Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, como ya le pasó a Rusia en 2018, a Brasil en 2014 y a Sudáfrica en 2010, hay dudas sobre cómo llegará a la fecha de inauguración en materia de construcción de estadios, más aún sabiendo que prácticamente debía empezar desde cero.
“Qatar está experimentando complicaciones económicas debido a los US$ 200.000 millones en obras de infraestructura que le demandará prepararse para la Copa Mundial de Fútbol 2022″, publicó este viernes Bloomberg.
El medio económico estadounidense habla de una contracción del 1,2% en el primer trimestre de 2019 respecto del mismo periodo del año previo. Es la primera caída interanual desde que comenzaron a tenerse datos de la Autoridad de Planificación y Estadísticas de Qatar.
Antes de esta caída, había crecido a un promedio anual del 18% desde finales de 2012.
“#Qatar is experiencing economic whiplash…” https://t.co/uwdx2fiUmi
— Giorgio Cafiero (@GiorgioCafiero) July 4, 2019
Esta desaceleración está frenando la economía en general, ya que la producción industrial, excluyendo la extracción de petróleo y gas (engranajes centrales en Qatar), subió menos de un 2% en los últimos seis meses.
Sorprende la baja porque el producto interno bruto de Qatar se multiplicó por 10 desde 2000, hasta los US$ 192 mil millones el año pasado, según el Banco Mundial.
La construcción en el país asiático prácticamente gira alrededor de la Copa de 2022. Desde 2010, cuando ganó inesperadamente los derechos para organizar el evento deportivo más importante del mundo.
#الوعد٢٠٢٢#seeyouin2022
??⚽️ pic.twitter.com/S8CwdQ5EsD— Road to 2022 (@roadto2022) July 8, 2018
Con la Copa del Mundo como excusa, decidió aprovechar la oportunidad para mejorar su infraestructura, construyendo carreteras, líneas de metro y miles de habitaciones de hotel.
Sin embargo, el auge de la construcción comenzó a mostrar fisuras a finales de 2018 y muestra desaceleración ahora, justo cuando el país entra en el tramo final hacia el torneo de la FIFA. Mientras tanto, el resto de su economía está casi estancada, ya que la minería, el otro gran eje en el que gira la economía catarí, también se está contrayendo.
Ras Abu Aboud Stadium is designed with innovative features using shipping containers, removable seats and other modular “building blocks”. #Qatar pic.twitter.com/9zPiDYx28x
— Jacob Williams (@Jacobwilliamss8) July 5, 2019
Qatar apunta todo a un objetivo: expandir su capacidad de licuar gas natural en los próximos años.
Bloomberg dice que “el impacto será masivo porque es un gran proyecto para una economía relativamente pequeña que atraerá inversiones y compensará la desaceleración de la construcción rumbo a la Copa del Mundo”.