BogotÔ, Colombia.- Si algo caracteriza a las entidades financieras y los bancos es la sobriedad que manejan dentro de su organización, donde el sentido del humor y proyectar una imagen relajada y poco seria no parece ser la mejor manera de atraer clientes que desean depositar su dinero y confianza. Todo esto era muy cierto hasta que el Banco colombiano Davivienda decidió dar un giro total a su estrategia de mercadeo, de tal manera que encargó a la agencia Leo Brunett un estudio de mercados para lanzar su campaña publicidad con motivo de la celebración de la Copa Mundial de la FIFA del año 1994 en los Estados Unidos.
Los encargados de tal tarea fueron Fernando Escobar y JuliĆ”n Arango, siendo el segundo de ellos mĆ”s reconocido en Colombia por sus papeles cómicos en varias telenovelas y montajes de teatro, que por sus dotes de creatividad en publicidad. Lo cierto es que asumieron el compromiso de diseƱar una estrategia publicitaria que fuera de largo alcance, nada pasajera, que calara en los ahorradores colombianos y que fuera totalmente distintiva del Banco Davivienda. Para los publicistas no fue tarea fĆ”cil debido a que su apuesta fue el humor, pero siempre teniendo en mente la idoneidad de conservar el dinero dentro de Davivienda. El resultado fue un eslogan que resume muy bien lo que los encargados de Davivienda querĆan hace casi 20 aƱos: āEn estos momentos su dinero puede estar en el lugar equivocado, trĆ”igalo a Daviviendaā.
Esta simple frase les ha bastado para imaginar una enorme cantidad de situaciones graciosas, en donde se pone de manifiesto lo importante que es elegir bien un banco al momento de guardar el dinero personal. Para sorpresa de muchos, el éxito de esta campaña publicitaria fue rotundo. Naturalmente y como es de esperarse, se han presentado cambios en el diseño de los anuncios, asà como una continua evolución, pero la esencia se mantiene: llegar a los clientes en potencia a partir del humor y la risa, aún cuando se trata de servicios tan serios como los bancarios. Los anuncios de Davivienda ya forman parte de la cultura popular colombiana, y conservan su estilo luego de casi dos décadas al aire.