Desde hace décadas el periodismo está sufriendo cambios constantes debido a que es una profesión con gran capacidad de actualización y renovación, no sólo en los contenidos también en plataformas y soportes de trasmisión.
Walter Lippmann, periodista, comentarista político, crítico de medios y filósofo, quien intentó reconciliar la tensión existente entre libertad y democracia en el lugar mundo moderno, no imaginó que la verificación acabaría en la falta de imaginación en el periodismo actual.
Juan Varela dice que “Los ciudadanos se han apropiado de la información periodística a través de los medios sociales. La crisis de credibilidad de la prensa tradicional, el cuestionamiento de la objetividad y la aparición de herramientas digitales accesibles a todos convierten el periodismo en una conversación de la que los ciudadanos más activos no quieren estar ausentes”. La socialización de la información periodística, producto de las herramientas digitales, dio origen a la tercera versión del ciberperiodismo o periodismo digital, que también se conoce como periodismo ciudadano o participativo.
Las etapas que ha seguido el periodismo pueden resumirse así: el Periodismo 1.0 es el que traspasa el contenido de los medios tradicionales a la Red; el Periodismo 2.0 es la creación de contenido en y para la Red, sumando sus características de hipertextualidad, interactividad, multimedia, etc.; y el Periodismo 3.0 .0 es la socialización de la información de actualidad por la irrupción de ciudadanos y fuentes en un foro público, donde se comunican directamente empleando medios digitales que generan un criterio social que sobrepasa la objetividad y la mediación de los medios tradicionales.
Al Periodismo tradicional se suman otros elementos para conformar esta nueva etapa denominada Periodismo 3.0:
. Los ciudadanos irrumpen en el espacio público para informar directamente o comentar informaciones.
. Rebajan la intermediación de los medios al entrar en contacto directamente con las fuentes y con los hechos a través de testimonios directos y documentos.
. Se rebelan contra la autoridad profesional y la sustituyen por el criterio social en red.
. Rechazan la concepción tradicional de la objetividad.
. Sustituyen el patrón unidireccional de la comunicación de masas por un nuevo patrón de “muchos a muchos”, interactivo y en movimiento.
. La información se convierte en una conversación durante la cual cambia el mensaje y con un alto grado de comunicación interpersonal.
Con el Periodismo 3.0 surge también un nuevo espacio de comunicación donde los ciudadanos se rebelan contra la comunicación de masas y su capacidad de reducir la agenda pública a una agenda institucional, dominada por los poderes y las instituciones.
Noticias y verdad no son lo mismo y deben ser claramente distinguidas. La función de las noticias es resaltar un acontecimiento, la función de la verdad es traer a la luz los hechos ocultos, situarlos en relación con otros y construir una imagen de la realidad para que cada individuo pueda actuar.
Lippmann entendía el periodismo como un instrumento de libertad para los individuos porque despojaba a la realidad de la ideología y la influencia de los líderes, y buscaba hechos con contexto que guiaran la acción de los ciudadanos. Su concepción democrática de la opinión pública depositaba en la prensa y los periodistas la responsabilidad Identifican nueve, de los cuales los cinco primeros abundan en la función democrática y de verificación del periodismo:
1. La primera obligación del periodismo es con la verdad.
2. Su primera lealtad es con los ciudadanos.
3. El periodismo es una disciplina de verificación.
4. Sus practicantes deben mantener la independencia de aquéllos sobre los que informan.
5. Debe servir como control del poder.
La falta de estos principios alimentan al Periodismo 3.0 y agravan la crisis de credibilidad de los medios. Para muchos, los medios y los periodistas no son vigilantes de la vida pública, sino transmisores de los estereotipos sociales y políticos.
El Periodismo 3.0 está en los límites con el activismo político y social. Está al borde de la información y la opinión, con la difusión de información poco rigurosa o sin contraste.
Esta tendencia cambia las formas de transmitir e informar y el periodista debe adaptarse a este nuevo comportamiento si no quiere quedarse obsoleto en el ejercicio de sus funciones. Para ello, Ana Martín del Campo señala algunas alternativas laborales para quienes quieren dedicarse a esta profesión, en el contexto del periodismo 3.0:
Analista Web: encargarse de analizar y controlar el tráfico de mensajes en la web, para localizar y diseñar estrategias que generen más audiencia.
Arquitecto de información Web: analizar y organizar de forma estructurada la información dentro de una web. De manera que los datos queden presentados en la plataforma de manera óptima para que interactúe con el lector.
Blogger: encargarse de crear contenidos especializados para el dominio web.
Community Manager: responsabilizarse de la gestión y el desarrollo de la comunidad online de una marca, con el fin de crear y mantener contacto con los stakeholders y detectar clientes potenciales.
Digital Manager: diseñar una estrategia digital para la empresa o institución. Debe estar coordinada con todos los demás profesionales vinculados con la comunicación digital.
Dircom: es el director de comunicación, crear y mantener una buena concepción de la imagen pública de la empresa y también a nivel interno con los trabajadores.
Planificador de medios: se encarga de planificar la publicidad y de colocar estos mensajes publicitarios para que lleguen al mayor número de personas posible.
Responsable de Reputación Online: desempeñar algunas funciones similares al Dircom, mejorando la imagen del cliente, potenciando al máximo los resultados y las estrategias de los buscadores.
Social Media Strategist: supervisar el trabajo coordinado entre los Community Manager, la creación de contenidos y la planificación.