El panorama en la industria laboral en México no es el mejor del mundo. Un reporte reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que el promedio de horas trabajadas a la semana es de 43 horas. Más de 8 horas al día.
Esto más allá de ser positivo, en un sentido de “qué trabajadores son” es un indicador de que el mexicano tiene que trabajar más que otros países por sueldos incluso menores. Esto no es positivo, pero cada vez las compañías globales están trasladando prácticas de primer mundo a sus filiales de otras naciones, como México.
Ante una nueva visión de lo que es en realidad buenas prácticas laborales, los empleados en el mundo se suman tendencias comunes, pero en la nación mexicana no siempre resultan favorables, pues las condiciones no son las mismas que se ponen en práctica en Europa, por ejemplo. De ahí que existan 4 peores panoramas que puede tener el empleo en el futuro cercano.
Inteligencia Artificial dominante
Si bien la tecnología va de la mano con hacer mejor la vida de la sociedad, muchos están reacios a cambiar las viejas prácticas. Gartner prevé que el 85 por ciento de las interacciones con los clientes se gestionarán de forma artificial, sin interacciones humanas para el año 2020 y esto preocupa a miles de profesionales que consideran que perderán sus empleos por esta razón.
De hecho, se prevé que esta tecnología ya está siendo utilizada por el 69 por ciento de las compañías para desarrollar sistemas para analizar datos de trabajadores presentes y futuros, de acuerdo con un informe entregado por Deloitte.
Lo cierto es que la nación tiene el enorme reto de incluir a la AI en los procesos y al tiempo crear nuevas oportunidades para los profesionales, sobre todo en labores mucho más complejas que procesos simples que puede desempeñar una máquina.
Freelancers sin control
El 69 por ciento de los freelancers considera que las redes sociales y portales profesionales han incrementado en más de un 50 por ciento las oportunidades para encontrar trabajo independiente.
Esto es positivo para la industria laboral porque las empresas pueden dar a conocer mucho más fácilmente las vacantes y los postulantes tienen acceso a las opciones. Sin embargo, esta práctica de freelancers también deja huecos enormes en cuanto a regulación de salud y beneficios sociales de los que carecen y que en la cultura laboral mexicana no van de la mano.
Por ende, constituye uno de los peores panoramas futuros extender la práctica sin que la capacidad de empresas y profesionales les de para implementar soluciones a sus necesidades de seguridad social y demás requerimientos mínimos para una vida de calidad.
Sólo en México, el 44.6 por ciento de los mercadólogos tiene sólo prestaciones de ley básicas, 34 por ciento prestaciones superiores a la ley y 18.4 por ciento dijo no tener prestaciones.
Robots
Ante el fatídico panorama planteado por algunos sobre el dominio de robots sobre la capacidad humana, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó un evento para determinar orientaciones claras sobre cómo evitar que el futuro de los trabajadores sea dictado por robots o por la inteligencia artificial.
El panorama pintado de esa forma resulta negativo, pero para el director general de la OIT, Guy Ryder, “la gente necesita sentir que recupera el control de sus vidas (…), el futuro del trabajo no está predeterminado y no será decidido por robots, ni por la inteligencia artificial”.
Outsourcing
El outsourcing es el proceso en el que una organización contrata empresas externas para que se hagan cargo de parte de su actividad o producción. El concepto es hasta cierto punto inteligente, pero algunas empresas se creen mucho más listas, por eso es importante que el profesional ayude a que se practique correctamente.
El concepto parecía natural hasta que las compañías comenzaron a utilizar la práctica como evasión de responsabilidades fiscales, es por ello que la Ley Federal del Trabajo (LFT) tuvo que ser clara con los requisitos que se deben cubrir.
Esta práctica resulta un enorme peligro para el empleado víctima de los empresarios ambiciosos que se aprovechan de los huecos legales.