En medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que no parece tener un final en el corto ni mediano plazo, una buena noticia para Argentina: el gigante asiático pone en “modo espera” las compras de soya en los Estados Unidos.
Según publica Bloomberg, aunque no planea cancelar compras anteriores, no hará efectivas las adquisiciones que se comprometió para el resto del año, unas 10 millones de toneladas.
De esta forma, entra en las batallas comerciales entre los dos gigantes el ecosistema agrícola, que hasta ahora había permanecido ajeno a la disputa.
China es el mayor comprador de soya del mundo, producto que básicamente utilizan para alimentar al ganado porcino, principal proveedor de proteínas para su millonaria población.
Según la información de la cadena de noticias de negocios de los Estados Unidos, los compradores estatales chinos de granos no han recibido más pedidos y no esperan que suceda en las próximas semanas por la falta de acuerdo en las negociaciones comerciales.
El freno llega justo cuando las ventas de soya estadounidense a China se estaban recuperando.
Avance
El presidente Donald Trump intensificó en mayo lo que muchos entienden que es una guerra comercial casi personal con China: subió los aranceles por US$ 200 mil millones de en productos chinos.
Esto generó que Pekín hiciera algo similar como represalia con sus propias tarifas.
No hay un panorama claro en el horizonte próximo que pueda augurar un acuerdo. Trump y Xi Jinping, el líder chino, recién se verán a fines de junio, para la cumbre del G-20.
Que China deje de comprar soya a EE.UU. puede ser una muy buena noticia para Argentina y Brasil, los otros dos grandes productores de la oleaginosa.
Precisamente había preocupación en estos países sudamericanos porque China estaba restringiendo las compras debido a una enfermedad que afecta al ganado en ese país.
El 29,4 por ciento de la soya que Argentina exporta tiene destino al gigante asiático. Y la soja es por lejos el mayor producto de exportación del país que por estos días gobierna Mauricio Macri.
Por otra parte, la guerra comercial ha hecho caer el valor de la soya a nivel mundial, lo que también afecta a la Argentina, que necesita dólares como el agua para poder cumplir con los pagos de los intereses de la deuda externa que tomó en 2018 con el FMI para frenar la crisis económica.
Según La Voz, la soya llegó a cotizarse a US$ 561 la tonelada en 2011 y ahora lo hace apenas por arriba de los US$ 300.