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Los cambios se deben hacer con objetivos relevantes para la marca y deben hacerse notorios cuando un sus productos o servicios diversifican su mercado.
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Las empresas se tienen que adaptar y sobrevivir para continuar siendo significativas sin que tengan que modificar sus principios.
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No podríamos imaginar que una marca de prestigio invada al usuario con ofertas porque se estaría rebajando el nivel y el propio prestigio de la marca.
¿Un proceso de rebranding debe hacerse notorio a las audiencias? La respuesta más evidente sería que sí, sin embrago, algunas firmas -como Facebook- han decidido llevar a cabo los pasos para la evolución de su marca de una manera más gradual.
Y es que los cambios se deben hacer con objetivos claros, que resulten relevantes para la marca y deben hacerse notorios cuando un sus productos o servicios diversifican su mercado, ahí es cuando cabe un nuevo proceso de vinculación emocional que se involucre con los sentimientos del consumidor y su experiencia respecto a la marca.
El desarrollo digital ha acelerado los procesos de branding y rebranding de las empresas, las marcas y sus productos o servicios. La parte digital ayuda a comunicar más a la marca con las audiencias y por ello muchas empresas realizan trabajos de adaptación, pero no hay que pensar que el mundo digital deba cambiar la esencia de las marcas.
Por el contrario, las empresas se tienen que adaptar y sobrevivir para continuar siendo significativas sin que tengan que modificar sus principios.
Uno de los elementos principales que debe distinguir a los profesionales del marketing que se involucran en procesos de branding o rebranding es el expertise para hacer una dualidad entre la parte de estrategia y la parte estética al momento de trabajar con una marca, lograr que todos los elementos funcionen de una manera muy fluida para establecer relaciones de largo plazo con los clientes.
En la elaboración de un sitio web para las marcas vale la pena lograr que sea intuitivo y propiciar experiencias de usuario que faciliten la usabilidad. En este aspecto, es importante entender la personalidad de la marca y saber trasladarla al terreno web, instaurar procesos de automatización adecuados que logren que la marca atrape al comprador y no lo ahuyente.
No podríamos imaginar que una marca de prestigio, por ejemplo, invada a cada momento al usuario con ofertas porque se estaría rebajando el nivel y el propio prestigio de la marca. Otro de las cuestiones a cuidar en el user experience es el manejo de datos personales de los compradores.