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En su último reporte, Orange declaró ingresos por 10 mil 185 millones de euros al primer trimestre de 2019
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Las cortes francesas acusan a la telecom de 19 suicidios, 12 intentos de suicidio y ocho casos de depresión severa
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Para 2009, los franceses tenían una tasa de suicidio de 14.6 por cada 10 mil, más alta que en Alemania e Inglaterra
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es de los problemas mentales más graves del mundo. Hace un año, se contabilizaban alrededor de 300 millones de personas en el planeta con esta afección. Y en sus manifestaciones más graves, puede llevar al suicidio de la persona enferma. Solamente en México se calcula que año con año ocurren más de seis mil 291 muertes autoinflingidas. Es decir, poco más de 17 incidentes cada día.
En algunas circunstancias la frecuencia del suicidio es tan alta, que tiene consecuencias legales. Precisamente esta situación es la que está enfrentando la compañía francesa de telecomunicaciones Orange. En información de AP, las cortes parisienses han iniciado un juicio contra siete antiguos y actuales directivos de la organización y la empresa misma. Se les acusa a todos de acoso moral y otros cargos por sus acciones hace una década.
Presuntamente los acusados habrían “degradado las condiciones de trabajo del personal. Estas circunstancias arriesgaron la integridad y dignidad del personal, que a su vez resultó en una alteración de su salud física o mental que comprometió su futuro profesional”. Las cortes están analizando los hechos ocurridos entre 2007 y 2010. Entonces, Orange realizó una serie de recortes de personal y procesos de modernización que presuntamente resultaron en una ola de suicidio.
Las consecuencias legales del suicidio
No es la primera vez que una compañía es directamente acusada por el suicidio de su personal. En 2010, la compañía china Foxconn fue acusada de una decena de muertes dentro y fuera de sus instalaciones. La tecnológica, uno de los principales ensambladores de iPhone en el mundo, prometió mejorar las condiciones de trabajo de sus colaboradores. Y de acuerdo con el Washington Post, en Japón las personas literalmente están matándose en el trabajo.
Ya se ha estudiado la relación entre las exigencias de profesionales excesivas y el índice de suicidio. Para 2012, un equipo del Hospital Lenox Hill en Nueva York apuntó que laborar al menos 11 horas al día incrementa en 2.5 veces la probabilidad de desarrollar depresión severa. Y una investigación en el Journal of Epidemiology & Community Health apunta que el peligro es mayor en mujeres, pues además se encargan de la mayoría del trabajo no remunerado.
En el caso de Orange, la acusación de suicidio parece sólida. AP asegura que en algunos de los casos de suicidio, los colaboradores de la telecom francesa se quitaron la vida dentro de las mismas instalaciones. Una de las víctimas, en su nota de despedida, afirmó que su decisión respondía “al sentido permanente de urgencia, sobretrabajo, falta de capacitación y desorganización de la compañía”. Asimismo, acusó a la marca de “dirigir a través del terror”.
La decisión de las cortes francesas podrían sentar un referente incluso internacional ante el suicidio en espacios de trabajo. Esto también podría revertir la tendencia de ciertas compañías de exigir jornadas laborales excesivas a sus colaboradores como parte de su contrato regular. Por otro lado, los ejecutivos de Orange acusados todavía podrían evadir el dictamen si convencen a las autoridades que los incidentes no estuvieron relacionados con la empresa.