Deutsche Bank y Commerzbank terminaron las conversaciones relacionadas con lo que iba a ser una histórica fusión, lo que genera desconcierto en Alemania sobre qué pasará con el futuro del Deutsche, que está al borde del colapso.
Luego de casi dos meses de negociaciones y del esfuerzo del Ministerio de Finanzas alemán para forjar una institución sólida de dos empresas en dificultades, no se lograron superar los obstáculos económicos ni políticos: no habrá combinación de los dos bancos más grandes del país.
El fracaso ahora obliga a Deutsche Bank, alguna vez la institución financiera dominante de Europa, a presentar su quinto plan de reestructuración desde 2015 para tratar de disipar la preocupación de los inversores sobre cómo logrará reactivar su crecimiento.
Para el Commerzbank, que sigue siendo en un 15 por ciento propiedad del gobierno federal, el futuro puede estar en una adquisición por parte de prestamistas como ING Groep o UniCredit.
La decisión cayó de forma diferente en los mercados: las acciones de Deutsche Bank ganaron hasta un 4,8 por ciento en Frankfurt, mientras que las del Commerzbank disminuyeron un 3,7 por ciento.
Qué pasó
Las compañías decidieron que intentar integrar a los dos bancos sería demasiado difícil de ejecutar y también mencionaron que iba a ser muy costosa la reestructuración. En un comunicado, el Deutsche Bank dijo que seguirá analizando “todas las alternativas posibles para lograr mejorar la rentabilidad a largo plazo y el rendimiento de los accionistas”.
Deutsche Bank sigue siendo uno de los bancos en situación más crítica en el mundo.
Las conversaciones de fusión fueron un intento casi desesperado para fortalecer a dos prestamistas cuyas acciones habían perdido más del 90 por ciento de su valor desde su punto máximo, y para apuntalar una industria bancaria alemana que ha caído muy por debajo de Wall Street.
Sin embargo, fue clave que algunos de los grandes accionistas del Deustche, como los inversionistas de Qatar y BlackRock Inc, cuestionaran el acuerdo.
Todo comenzó con la crisis de 2008
Ambos prestamistas luchan aún hoy con las consecuencias de la expansión del mercado financiero que terminó con la crisis de 2008.
Aunque el Deutsche Bank sobrevivió sin ayuda directa, pagó más de US$ 18 mil millones en multas por mala conducta en la última década.
El Commerzbank fue rescatado después de que compró Dresdner Bank a la aseguradora Allianz en 2008, dos semanas antes del colapso de Lehman Brothers Holdings. Las tasas de interés negativas continuas, un mercado bancario europeo fragmentado y la competencia en Alemania se sumaron a sus problemas.
El nuevo CEO del Deustche, Christian Sewing, desde que asumió, viene pidiendo paciencia hasta que funcione su plan actual, que se centra en recortes de gastos y la estabilización de la participación en el mercado.
Sin embargo, la intensificación de las conversaciones entre el banco y el gobierno de Angela Merkel y años de reestructuraciones fallidas no son una buena señal para los inversores, que temen una caída.
Según Statista, Deutsche Bank es el quinto banco más grande de Europa, sólo por debajo de HSBC, BNP Paribas, Credit Agricole y Barclays.
¿Por qué es grave que quiebre? Porque el Deutsche Bank tiene más de 100 mil empleados en el mundo y 600 mil inversores y accionistas.