Datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos refieren que la producción de cerveza durante 2017 fue de 185.57 millones de barriles al tiempo que en lo que refiere a las ventas, desde el US Census Bureau, se indicó que el monto de las mismas ascendió a 54.09 mil millones de dólares en el tiempo referido.

A su vez, en un contexto en el que los consumidores norteamericanos buscan más calidad que cantidad en sus cervezas, las dos firmas del sector más importantes del planeta se vieron envueltos en una batalla digital.

Según información de Bloomberg, Anhauser-Busch InBev y Heineken discrepan sobre quién inventó elementos clave de un novedoso método de entrega de cerveza de barril, el cual permite lotes más pequeños además de que elimina la necesidad de recurrir a los barriles de acero tradicionales, que utilizan aire comprimido y que también degradan el sabor con el paso del tiempo.

De acuerdo con el medio, ambas firmas iniciaron el primero de los dos juicios por infracción de patentes ligado a la tecnología ante la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos en la capital de dicho país.

Y es que AB InBev asegura que desarrolló los barriles de cerveza, al tiempo que su rival, Heineken, sostiene que inventó el equipo dispensador; por lo que las dos empresas buscan mantener a la otra fuera del mercado estadounidense con el objetivo de ofrecer cerveza de barril a bares así como hogares más pequeños.

Fragmentación.

Diversos analistas señalaron a Bloomberg que la industria cervecera de 120 mil millones de dólares registran mayor fragmentación, ya que los consumidores del vecino país del norte beben menos cerveza, pero están dispuestos a pagar por mejor calidad.

En tanto, información de Euromonitor International indica que las grandes marcas del sector luchan por mantener su participación de mercado en momentos en los cuales, incluso las firmas artesanales pierden terreno frente al vino y otros licores.

Datos de Statista señalan que el porcentaje de cambio en las bebidas resulta negativo en lo que va del año para la cerveza al reducirse en un 3.7 por ciento negativo, mientras que el vino aumentó poco más de 6 por ciento, al tiempo que las bebidas espirituosas siguen en ascenso con más del 14 por ciento.